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KARINA VIVE DESDE HACE SIETE AÑOS CON UN HÍGADO QUE LE TRASPLANTARON EN EL IMSS

· Lleva una vida normal bajo tratamiento en el Hospital de Especialidades de San José.

· Antes que le detectaran la Enfermedad de Wilson, Karina era una atleta de alto rendimiento, misma que se truncó con este trastorno.

· La madre de Karina invita a que más personas donen, porque así se tiene la oportunidad de regalar vida a muchas familias.

Karina García Mendieta pensó que su vida no pasaría de los 19 años de vida y que sus sueños quedarían sólo en eso, en sueños, pero inesperadamente después de dos meses de una angustiosa espera, la donación de un hígado llegó; en un hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), una familia decidió donar los órganos de un familiar.


La joven originaria de Tlaxcala, quien ahora tiene 26 años de edad, comenta que su familia es genéticamente portadora de un padecimiento llamado Enfermedad de Wilson que hace que haya demasiado cobre en los tejidos y que se almacenan en el hígado causando un cuadro hepático que limita el funcionamiento de éste órgano.

Comentó que ella supo de la enfermedad porque a los 18 años su hermana tuvo el mismo padecimiento, pero que su historia fue diferente, ya que el donador nunca llegó y falleció, pero que esto permitió que ella se hiciera un estudio y detectara el trastorno en una etapa temprana.



Han pasado siete años desde aquel trasplante que le cambió la vida y que la mantiene con sus sueños más vivos que antes, quizás porque sus prioridades ahora están enfocadas en generar conciencia para que las personas vean la donación como una oportunidad para salvar vidas.

“Actualmente recibo tratamiento de inmunosupresión en el Hospital de Especialidades de San José, que consiste en administrar medicamentos para regular la respuesta inmunológica que evite rechazo del riñón”, comentó Karina.

Recordó que por la gravedad de su hígado, el cual ya sólo funcionaba a un 30%, su caso fue catalogado en los primeros sitios para ser trasplantada y tras dos meses de espera, un día a las 11 de la noche llegó la noticia de que se tenía que trasladar a la Ciudad de México porque el órgano había sido donado, al parecer proveniente de Hidalgo.

La madre de Karina, María de la Luz Mendieta Aguilar, detalla que fue una dolorosa experiencia, “cuando supe de la gravedad del hígado de mi hija sin saber las posibilidades de sobrevivir, teniendo el antecedente de una hija fallecida, el saber qué iba a pasar con la vida de Karina, nos acercamos al IMSS y nos dijeron que ella necesitaba un trasplante de hígado”.

Reveló que ahora ve a su hija de una manera más positiva y sabe que como personas debemos ser más humanos para entender el lenguaje de la donación. “Hay familias que esperan un órgano, y por ellos debemos donar, porque se salvan vidas”, concluyó.

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