CUITLATLÁN.
POR FERMÍN ALEJANDRO GARCÍA
La agresión física que ayer diputados morenovallistas, encabezados por Carlos Morales y Gerardo Islas Maldonado, ejercieron contra legisladores de Morena no fue un hecho fortuito, sino fue una provocación planeada y organizada para que tuviera impacto mediático. Esa condición se pudo observar por el comportamiento de Marcelo García Almaguer, el coordinador de la fracción del PAN, quien antes de empezar la gresca habría hablado con las tres personas que grabaron en video dicho altercado.
Siempre que se realizan las reuniones de la Junta de Coordinación Política del Congreso, a la que acuden únicamente los líderes parlamentarios, solamente hay la presencia de los diputados involucrados y nunca hay nadie más en los alrededores de la oficina de la presidencia del Poder Legislativo.
Ayer fue distinto, pues estaban presentes tres personas que fueron quienes grabaron los hechos de violencia en la oficina de Gabriel Biestro Medinilla, el presidente del Congreso, quienes conversaron –o se pusieron de acuerdo– con Marcelo García Almaguer poco antes de desatarse la riña.
Cuando terminó la reunión, ayer por la tarde–noche, el primero en retirarse fue Marcelo García Almaguer, quien al salir de la oficina de Biestro se topó con las tres personas en cuestión –según narran testigos–, con quienes habría dialogado y éstos luego ingresaron al lugar para grabar el derribo que Carlos Morales, ex priista converso al morenovallismo, provocó de José Juan Espinosa Torres, quien acabó tendido encima del escritorio del presidente del Congreso.
Al terminar la agresión, una secretaria del grupo panista le preguntó a uno de los tres que grabaron: “¿tienes toda las imágenes?”, mismas que después empezaron a circular en redes sociales para intentar acusar a los diputados de Morena de ser violentos.
Todo fue programado con un solo objetivo: agredir y desprestigiar a José Juan Espinosa Torres, quien hoy en día se ha convertido en el líder opositor más temido y odiado por el ex gobernador Rafael Moreno Valle, pues el legislador es quien encabeza la lucha de Morena por desarticular muchos intereses económicos y abusos cometidos en el sexenio pasado.
Por esa razón, existe una evidente animosidad permanente contra el ex edil de Cholula de las bancadas del PAN, el PRD, el Panal y hasta del PRI, que se ha vuelto una fuerza política colaborativa del morenovallismo.
La sesión de la Junta de Coordinación Política concluyó sin sobresaltos sus labores, en la que se había acordado la orden del día de la sesión del pleno que estaba programada para este miércoles. Los integrantes de la bancada morenovallista habían accedido a que se discutiera un punto de acuerdo propuesto por el PAN, consistente en exhortar a la Fiscalía General del Estado a que investigue a José Juan Espinosa Torres por supuesto enriquecimiento inexplicable.
Los tres principales líderes parlamentarios ya se habían apartado del resto de diputados. Gabriel Biestro y Rocío García Olmedo, la coordinadora del PRI, se pusieron a dialogar en un extremo de la oficina del primero para que no los escucharan los demás. Mientras que Marcelo García Almaguer fue el primero en abandonar el encuentro.
La gresca la desató Carlos Morales, ex edil de Huejotzingo y de quien se dice que los morenovallistas lo tienen sometido por el tema de la aprobación de sus cuentas púbicas, quien sin motivo alguno se abalanzó contra José Juan Espinosa, sabedor de que alguien lo estaba grabando.
De igual manera, Gerardo Islas empezó a repartir bofetadas a los asistentes de los diputados de Morena, como una manera de generar una respuesta violenta de sus adversarios políticos.
Al final no salió bien la estrategia de Marcelo García Almaguer, ya que en los videos a los únicos que se ven repartiendo golpes son a los morenovallistas. Nunca pudieron captar una imagen comprometedora de los legisladores de Morena.
A nadie debe sorprender el comportamiento de los diputados encabezados por García Almaguer, pues su actuar es acorde al único instrumento que sabía emplear Rafael Moreno Valle –cuando fue gobernador– para controlar la vida política del estado: usar la violencia contra sus opositores.
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