Al minuto

¿Dónde estaría ahora Moreno Valle...?

 

Los juegos de imaginación sitúan al exgobernador de Puebla en la cárcel o en la oposición ¿Dónde estaría ahora Rafael Moreno Valle? 
 Hicimos una breve encuesta, empírica, y dio dos resultados predominantes: la mayoría cree que en la cárcel, y el resto piensa que encabezando la oposición, o al menos intentándolo. No faltó quien cree que ya se hubiera integrado a Morena, con el pragmatismo desideologizado que le caracterizaba.


 Quizá no es tan ocioso enfocar la atención a este tema, por dos razones: precisamente este lunes 24 de octubre estamos a dos meses de cumplir cuatro años de su muerte.


Y lo otro, en estos días el tema de la muerte, entre los mexicanos, está más cerca que nunca.

 Las circunstancias que rodearon al accidente del helicóptero dieron lugar a muchas versiones.

 Lo natural entre la gente, pero especialmente en México porque la famosa teoría de la conspiración está a la mano siempre para explicar cualquier situación compleja. Aquí no se requiere pensar mucho, analizar o estudiar causas y razones. 

El hombre de a pie o el culto, por igual, se acogen gustosamente a teorizar y pontificar sobre cualquier tema trivial o trascendente.


 Y en cuestión de minutos las diez mil conjeturas tienen respuestas “contundentes”, “juiciosas”, “científicas” y definitivas, faltaba más.

 Así se trate de la muerte de Colosio, las decisiones del Presidente, la locuacidad de Fox, el fin del mundo maya, los ovnis o la derrota del América, todo encuentra un juicio terminante y sentencioso en la calle o en la academia. 


 En el caso de la muerte de Moreno Valle, hay un ángulo al que poca atención se le presta, la ley de probabilidades. Un elemento de su cuerpo de seguridad, me comentó que acostumbraba volar en helicóptero a veces, en un solo día hasta 15 ocasiones. Supongamos que otro día lo hacía sólo dos veces. Hay que tomar en cuenta que, en esta clase de naves, en el imaginario popular, ascenso y descenso son dos posibilidades riesgosas, de modo que un viaje podría tomarse como un doble riesgo.


 Eso nos da un promedio diario de 8, digamos. De las 52 semanas del mes imaginemos que descansaba dos días, lo cual es una estimación muy conservadora, porque precisamente el fin de semana es cuando más viajaba.


 Pero cerremos la cifra en que sólo viajaba en helicóptero 261 días, y bajemos el promedio de uso por día a únicamente 5 vuelos, con su respectivo ascenso y descenso obviamente.


 Enfatizo lo del despegue y aterrizaje porque uno se entera de que en esas dos ocasiones es cuando se sabe de más frecuentes accidentes. Por eso multiplicamos por dos cada viaje. Así, resulta que volaba 2 mil 610 veces en un año.



 En el sexenio habrán sido 15 mil 660 viajes en un vehículo que, con sentido común uno pensaría que es más frágil que un avión en caso de accidente. Un hombre común viaja al año en avión quizá una o dos veces.

 Aunque, claro, millones no lo hacen nunca. En el referido asunto de los viajes del fallecido gobernador, la lógica apunta una infinita posibilidad mayor de riesgo para un viajero así, que para un hombre de a pie.


 En este marco tan singular, rodeado de aventura y contingencia, no debiera resultar extraño un accidente. Y sin embargo, son muchas las personas que no lo ven así. Y no faltan tampoco quienes sostienen la peregrina versión de que el personaje y su pareja viven, producto de un plan macabro, escondidos en algún rincón del mundo.


 Mentes imaginativas, sin duda, novelistas en potencia. Estamos en México, país de conspiradores brillantes… Echando a volar la imaginación, hay quienes se inclinan a pensar que de no haber ocurrido el accidente probablemente Moreno Valle estaría tras las rejas. Razón no les falta: dejó una deuda espantosa, huellas de abusos presupuestales, fortunas increíbles y sospechosas al amparo del poder, moches en grado superlativo. 


 A la lógica revisión de cuentas que haría el gobierno federal, añádase que se trataba de un opositor frontal al nuevo gobierno, el nuevo gobernador Barbosa lo traía entre ojos, y era parte de la camada de gobernadores ladrones que han sido perseguidos o están en la cárcel por la dinosáurica cola que les caracterizó, punible desde donde se le vea.

 De haber salvado la acción de la justicia por la vía de amparos, es también probable que estaría en las filas de la oposición.


 Tenía al menos dos requisitos indispensables para moverse en esos audaces terrenos: una inmensa fortuna para comprar o corromper todo, y un apetito de poder por la vía del pragmatismo, irrefrenable. Estos últimos pasos y senderos también lo habrían aproximado a la prisión, en el mediano plazo. 

 Su objetivo era evidente: buscar la Presidencia de la República a cualquier precio… incluso como eficiente peón converso al servicio de Morena. 


 A juzgar por la levadura de la que estaba hecho el fallecido gobernante, muchas probabilidades caben en el juego de la imaginación. Lo único cierto y real es que se presentó, sin invitación y previo aviso como es su costumbre, esa dama puntual e infalible, la señora muerte que, como dice Horacio: “la pálida muerte, que llama con el mismo pie a las chozas de los pobres que a los palacios de los reyes…” xgt49@yahoo.com.mx

Comparte esto:

Publicar un comentario

 
Copyright © Al Minuto. Diseñado por Agencia Eslabom y Agencia Eslabom