Limpia total

Por Edgardo Cabrera

En cuestión de horas le será quitado el único espacio que conservaba la familia Erazo-Rodríguez tras el rompimiento con el dirigente del 7 de mayo Edgar Tlapale. Dos municipios confundieron la gimnasia con la magnesia, al no sumarse al mando único, y otros dos lo hicieron a medias, aunque fueron al acto no cubrieron todos los requisitos

En puerta se encuentra la remoción de Pedro Erazo Rivera como representante de los trabajadores ante el Tribunal de Conciliación y Arbitraje.

En cuestión de horas les será quitado el único espacio que conservaba la familia Erazo-Rodríguez tras el rompimiento con el dirigente del 7 de mayo Edgar Francisco Tlapale.

Con la sustitución de Pedro Erazo finalmente quedarán fuera de cualquier posición de poder dentro del sindicato de burócratas.

Aunque no le guste a la camarilla que se apropió de la representación del gremio, Tlapale cuenta con la toma de nota como secretario general y mientras la asamblea no decida su remoción, la ley y los estatutos sindicales le asisten para la toma de decisiones.

Si bien no tiene la facultad de sancionarlos de manera unilateral, procedió legalmente al denunciar por la vía penal a los rijosos que trataron de apropiarse violentamente del inmueble donde el 7 de mayo tiene sus oficinas, y en breve someterá a consideración de la asamblea la expulsión o amonestación del grupúsculo que comanda Guadalupe Rodríguez, su esposo Pedro Erazo y los tres junior sindicales.

Amén de que la hija, Karina Erazo Rodríguez, podría incurrir en usurpación de funciones si persiste en ostentarse como dirigente “sustituta”.

Ausentes

En medio del conflicto, nos confirman que Guadalupe Rodríguez no se ha presentado a su centro de adscripción, ubicado en el TCyA, con lo que sigue acumulando faltas y argumentos para una sanción de tipo administrativo por parte de la Oficialía Mayor, la cual podría llegar hasta el despido.

En la misma situación se encontrarían sus tres hijos y cuñada, asignados al Zoológico del Altiplano, el Tribunal Superior de Justicia del Estado y el municipio de Apetatitlán.

Tache

Dos municipios donde gobierna el PAN confundieron la gimnasia con la magnesia, y otros dos se sumaron a medias al mando único de coordinación policial.

Españita y Contla fueron los únicos dos que no se sumaron al mando único. Evidenciando así que por encima de las estrategias que se establecen a nivel estatal y federal en materia de seguridad, colocan sus propios intereses.

Esto nada tiene que ver con cuestiones de partido o ideológicas, sin embargo prefieren automarginar a su municipios.

Mientras que Apizaco y Nanacamilpa asistieron al acto de firma de convenio realizado ayer, sin embargo no han entregado el acta de Cabildo donde los miembros avalen su incorporación al Mando Único. O sea, formalmente no se han sumado, de ahí que solamente se oficializara la adhesión de 56 municipios.

COLÉRICA

Colérica se encuentra la ex mandamás del sindicato 7 de mayo, Guadalupe Rodríguez, y su prole quienes no saben qué es trabajar. Su paso por el sindicato está marcado por los abusos y los excesos en agravio de los intereses de la base trabajadora, sometida a sus designios de poder.

Edgar Francisco Tlapale se cortó el cordón umbilical y se fajó los pantalones como nuevo secretario general del gremio al cancelar los privilegios de seis ex miembros de la dirigencia, pero en particular de la señora Guadalupe, sus dos hijos y su esposo Pedro Erazo. Fue una decisión firme que hacía falta para procurar el avance del gremio.

Tal fue su berrinche al ver un desplegado (mediante el cual se desmarca del “personal de apoyo” que le fue impuesto durante la renovación sindical de abril) que reunió a sus incondicionales y desconoció a Tlapale como dirigente.

Su descaro es tal que, mediante una argucia estatutaria, pretenden deponer al líder elegido en asamblea nombrando a su propia hija (Karina Erazo Rodríguez), ¡vaya!, aún así se siente demócratas.

Lo que intenta Guadalupe y su familia es claro. Quieren mantener los privilegios construidos desde el sexenio de Alfonso Sánchez Anaya y que fueron consentidos con Héctor Ortiz.

Y no son menores esas canonjías:

Tres hijos basificados que viven del erario estatal. Esos junior sindicales desconocen qué es el servicio público.

Múltiples bienes inmuebles que les han sido documentados, autos y otras riquezas que no pueden ocultar.

Un invernadero construido con las cuotas sindicales –supuestamente al servicio del gremio- y del que se desconoce cuánta ganancia dejaba venderle a los trabajadores jitomates ¡a huevo!, mejor dicho, a precio de huevo.

Y por supuesto, no trabajar, gozar durante 14 años de una beca que les permitió, además, pactar posiciones políticas como candidaturas.

El nuevo dirigente del gremio, envía un mensaje positivo a la base trabajadora y la ciudadanía. Mientras que el frustrado intento de apoderarse del edificio sindical prueba que Guadalupe y familia ya no cuentan con fuerza n

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