CUITLATLÁN
POR FERMÍN ALEJANDRO GARCÍA
De acuerdo con la ruta que en Morena se ha trazado del timo en la elección de gobernador, habría sido desde el área de Organización del Instituto Estatal Electoral (IEE) donde se mandaron a clonar actas y boletas, se hizo la logística para cambiar la papelería original por la apócrifa y se elaboraron los cálculos para hacer cuadrar las cifras a favor del morenovallismo.
El área de Organización del IEE depende fundamentalmente de dos personajes: Dalhel Lara Gómez, la secretaria ejecutiva del organismo, y el consejero Federico González Magaña, cuya presencia en el instituto viola los principios rectores de un proceso democrático de imparcialidad y legalidad, ya que este personaje ha sido un morenovallista destacado desde el año 2010.
Y en el caso de Dalhel Lara, ella es quien realmente controla el funcionamiento del IEE, apoyándose de un funcionario llamado Julián Corona Cabañas. El presidente del organismo, Jacinto Herrera Serrallonga, está supeditado a lo que deciden los dos anteriores personajes.
Se dice que desde las oficinas de Organización del IEE se habría comisionado a un tal Gerardo, quien viajó a la Ciudad de México unas semanas antes de las votaciones para imprimir miles de boletas, sábanas y actas de escrutinio, que son clones de la documentación oficial.
Eso quiere decir que hay toda una industria de la falsificación de material electoral, que se trafica a cambio de muchos cientos de millones de pesos.
Posteriormente otro personaje, de nombre Óscar, que es un encargado de despecho de una importante oficina del IEE, se habría encargado de utilizar el sistema oficial de traslado del material electoral para llevar también la papelería falsificada.
Es decir, al mismo tiempo que en los diferentes distritos del estado se entregaba la documentación oficial empleada en las votaciones del 1 de julio, se utilizaban los medios de distribución del IEE para “sembrar” la documentación clonada en lugares donde se pudiera hacer la sustitución de paquetes electorales de varios municipios al mismo tiempo.
Uno de esos lugares era el centro de operación que el martes de la semana pasada descubrió Morena en el MM Gran Hotel del bulevar Atlixco.
Cuando un tropel de activistas de Morena, dicen fuentes lopezobradoristas, irrumpió en los salones de ese hotel y un anexo al mismo, al parecer se estaba en la labor de sustituir actas originales por las actas clonadas.
Las actas clonadas ya habían sido llenadas con los números que se querían hacer aparecer en el cómputo final de la elección de gobernador.
Dicen que cuatro consejeros del IEE –que se destacan por su corte morenovallista– sabían que en el MM sí había actas originales de la elección del 1 de julio.
Y si se hiciera una investigación profunda, se podría descubrir la hebra de la corrupción en el IEE, ya que un alto funcionario de ahí, no hace mucho, estrenó una casa de 27 millones de pesos.
Bueno, eso dicen las voces mal intencionadas, ya que tal vez el funcionario utilizó sus ahorros de cada fin de año para comprar esa mansión. ¿O no?
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