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Firma Moreno Valle promesas e incumple

Aunque prometió combatir la corrupción y la marginación, Rafael Moreno Valle dejó Puebla con una deuda de 35 mmdp y 4 millones de pobres.
Rafael Moreno Valle presume de ser pionero en la firma de promesas de campaña ante notario público.

En mayo de 2010, el entonces candidato al Gobierno de Puebla de la alianza PAN-PRD-Convergencia-Panal, ofreció renunciar al cargo si, al término de su tercer año de gestión, no había cumplido sus compromisos en materia de combate a corrupción, transparencia, seguridad y servicios de salud.

"¡Cumplo mis compromisos o me voy!" fue la promesa con la que el ex priista hizo campaña, según relata en su libro "La fuerza del cambio" (MAPorrúa, 2017), cuya promoción en espectaculares ordenó indagar el Tribunal Electoral federal.

Pero no sólo no se fue, sino que, tras seis años de gestión, dejó a Puebla con una deuda de 35 mil millones de pesos, con 4 millones de pobres, y azotada por la inseguridad y la ordeña de ductos de Pemex por grupos de huachicoleros.

Aunque en su libro destaca supuestos logros de Gobierno y su trayectoria en la función pública, el aspirante presidencial panista no siempre termina lo que empieza.

En 1999, a los 31 años, fue designado Secretario de Finanzas de Puebla por el Mandatario priista Melquiades Morales.

Arribó al cargo tras residir 12 años en Estados Unidos, por lo que reconoce que tuvo que pedir consejos y aprender en la marcha.

Siete meses después, al "integrante más joven del gabinete", quien desde niño había vivido en Bélgica, Luxemburgo, Italia y Estados Unidos, le tocó enfrentar su reto más difícil: los deslaves en la Sierra Norte que dejaron 260 muertos a causa de las lluvias.

"En ese contexto entendí mi responsabilidad generacional, porque de mi éxito o fracaso dependería de que otros jóvenes pudieran incorporarse a la política en Puebla", apunta.

En 2003, presentó su renuncia al cargo para convertirse en diputado federal priista y, un año después, de San Lázaro brincó a una curul del Congreso estatal.

Dos años más tarde, en 2006, ya converso al panismo, llegó al Senado, donde, en 2010, pidió licencia para postularse como candidato a Gobernador.

Aunque en 10 años no concluyó ninguno de sus encargos, asegura que a Puebla "no llegó a improvisar".

"Al comenzar mi Gobierno tenía clara la ruta del cambio en Puebla. Había sido Secretario de Finanzas, diputado federal y local y senador. (...) En pocas palabras, no llegué a improvisar", asienta.

Con pretensiones autobiográficas, su libro es un informe de sus seis años de Gobierno, que incluye gráficos, fotografías de él mismo, de obras de infraestructura y paisajes de Puebla.

El Inegi, el Coneval y el Centro de Estudios Espinosa Yglesias han señalado que durante su sexenio Puebla tuvo retrocesos en materia de deuda pública, crecimiento económico, generación de empleo, abatimiento de la pobreza, transparencia, inseguridad y derechos humanos.

De acuerdo con Fundar, de 2010 a 2014, Moreno Valle gastó 627 millones de pesos en publicidad oficial.
El delfín
Con prácticas del viejo priismo, Moreno Valle operó para que Antonio Gali, un incondicional suyo, fuera el candidato a sucederlo en la Gubernatura.

En medio de acusaciones de "cargada" del aparato estatal, en 2015 Gali ganó los comicios y heredó la minigubernatura por menos de dos años.

En diciembre de 2015, Moreno Valle designó como Fiscal General del Estado a Víctor Carrancá, ex colaborador suyo, por un periodo de 7 años.

Un mes antes de que concluyera su sexenio, al Instituto de Transparencia del Estado llegaron tres nuevos comisionados ligados al ahora ex Mandatario.

Rumbo a las elecciones de 2018, además de su propia aspiración presidencial, Moreno Valle impulsa a su esposa, Martha Érika Alonso —actual secretaria general del PAN estatal— para contender por la Gubernatura poblana.

Reforma

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