La superioridad de los grupos delictivos una vez más se hizo presente en el asesinato del
presidente municipal de Uruapan Carlos Manzo Rodríguez.
Que “… contaba con protección federal…” que “…tenía 14 elementos de la Guardia
Nacional que lo cuidaban…”
fueron las primeras declaraciones que escuchamos de la
presidenta y de los responsables de la seguridad de los mexicanos y mexicanas: La
Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, el Ejército Mexicano, la Marina Armada
de México y la Guardia Nacional, sí, todas instituciones en materia de seguridad.
¿Cómo interpretar estos mensajes? ¿pretendieron darnos tranquilidad con esas
declaraciones?
Porque otras interpretaciones podrían ser también, las que nos hacen
pensar en complicidades desde las mismas instituciones de gobierno con las bandas
delictivas, o como explicar este último asesinato de los innumerables que ya hemos
conocido contra personas líderes sociales, defensores, buscadoras, periodistas; tal vez lo
más sencillo y al mismo tiempo muy grave es decir que quedó demostrada una vez más
esa superioridad del crimen organizado por encima de esa “protección federal” o de “esos
elementos de la Guardia Nacional.”
Se van acumulando los asesinatos en el país producto de la delincuencia organizada.
Asesinatos de líderes sociales en esa región y en otras, que cada día pasan esas enormes
facturas que se perciben indignación, incertidumbre que sigue dañando a México por las
omisiones claras de los gobiernos actuales.
La ceguera oficialista pasa por no querer escuchar ni mirar lo que sucede a lo largo y
ancho del país.
Todos los días diversos grupos sociales organizados o no, levantan la voz de diferentes
maneras, convocan a paros nacionales como el actual de los agricultores mexicanos, se
bloquean carreteras por robos, asaltos, asesinatos, desaparición de personas que exigen
sus derechos, esos derechos garantizados y protegidos en el Artículo Primero
Constitucional que deben ser otorgados por el Estado mexicano ¿por qué no se les
escucha?
Por qué siempre la respuesta en la mañanera es en el sentido de culpar por errores
propios a los de antes, responsabilizando así automáticamente a gobiernos anteriores, y
no sólo por la inseguridad; que si México no crece, es culpa de los corruptos de antes; que
si no hay medicamentos es porque las empresas farmacéuticas que vendían antes eran
corruptas; que si hay violencia es por culpa de las políticas neoliberales del pasado; o
como en el caso de los agricultores que la narrativa fue “muchos de los agricultores que
tienen tomadas las carreteras tienen intereses políticos, no legítimos” pero eso sí, siempre
justificando y cubriendo de impunidad el actuar de muchos personajes que justamente
hoy lo menos que han demostrado es, ser corruptos.
Para las nuevas generaciones el escenario no es bueno, tendrán la tarea de definir su
futuro en un país complejo y peligroso en el que nada les debe ser ajeno.
El partido oficialista Morena controla la mayor parte de los espacios de representación
política federal y local, también controla al Poder Ejecutivo y al Poder Judicial, ¿que no
habrá manera de establecer una real coordinación para instrumentar acciones, enfrentar
los niveles de delincuencia actuales, romper con la cadena de crímenes y resolver los
problemas concretos y así evitar tantas contradicciones, errores y limitaciones?
Que profunda tristeza la demostración de que delincuentes, ellos sí, muy bien organizados
y coordinados, cada vez más nos demuestran su superioridad.
rgolmedo51@gmail.com
@rgolmedo
Palabra de Mujer Atlixco
rociogarciaolmedo.com
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