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Filigramma #24





SABERSINFIN. Abel Pérez Rojas 

 Fiel a nuestra cita bimestral, aprovecho este espacio semanal para anunciar la aparición de Filigramma #24, la más reciente edición de la revista literaria del Círculo de Escritores Sabersinfin

 Como ya lo he dicho en otras ocasiones, cada número representa una celebración de la palabra escrita y del encuentro entre voces diversas que, desde distintos rincones del mundo, se suman a este esfuerzo colectivo. En esta ocasión, la revista vuelve a poner de manifiesto que la literatura se enriquece y transforma en comunidad.

 Agradezco a todas las personas que intervinieron para hacer posible que una vez más Filigramma esté frente a nuestros lectores. Muchas gracias.


 Aquí el enlace de descarga gratuita y el editorial de la edición: https://bit.ly/4nkFNmF En cada número de Filigramma nos encontramos con una variedad de voces que, aunque distintas en forma y procedencia, laten en un mismo pulso: el de la palabra que no se resigna a desaparecer. 

En esta edición número 24, ese pulso se revela como resiliencia, como capacidad de la literatura y las artes para erguirse frente al dolor, la pérdida, la incertidumbre o la injusticia, y transformarlos en creación, memoria y esperanza. La poesía nos recuerda que no todo está dicho, que aún entre los restos del silencio puede brotar una semilla de luz. Félix Loiácono lo afirma al hablar de su proceso creativo en la entrevista que le realizó Nancy Almassio: escribir amor cuando parece que ya se han agotado todas las formas posibles, es un desafío que se asume con la convicción de que la belleza siempre puede renovarse.

 Esa es la resiliencia del poeta: generar nuevas combinaciones con las mismas palabras para reinventar el mundo. En ese mismo tono, Enrique Canchola propone un viaje fascinante: la poesía como sistema cuántico, como fractal de la mente y el espíritu que se multiplica en cada lector. En su metáfora de los versos como qubits, encontramos una clave poderosa: la palabra no es una sola, sino múltiples, y su fuerza radica en esa capacidad de entrelazarse, de expandir la conciencia y devolvernos una visión más amplia de la vida. 

La memoria histórica también se hace presente. Jorge A. Rodríguez y Morgado recuerda las hogueras de libros a lo largo de los siglos y nos alerta sobre el “bibliocausto”, ese afán de borrar la voz del pensamiento.
 Pero su reflexión concluye con esperanza: así como el papel resiste y renace, también lo hacen las publicaciones como Filigramma, que encarnan la tenacidad de la palabra impresa para seguir cumpliendo su misión. Las páginas de este número son también un tributo a la fuerza vital que no se doblega.

Salvador Calva Morales, con sus versos de Juventud eterna a los ochenta y uno, nos muestra cómo el tiempo, lejos de extinguir, puede alimentar un fuego nuevo.

 Del mismo modo, Gabriela Mistral resplandece en el homenaje que se le rinde, recordándonos que la educación, la cultura y la fraternidad son caminos inagotables hacia la unidad de los pueblos. Las colaboraciones poéticas de María Dolores Pliego, Ariana Magaña, Yolanda Reséndiz, Velia Mendoza, Filo Huesca, Sarahí Jarquín, Nicholas Gutiérrez, Esperanza Vera, Elías Villalobos y Alfonso Jiménez, nos acercan a la intimidad del dolor, la ausencia, el amor y la fe. Todas son testimonio de que, incluso cuando el alma se enfrenta a su “noche oscura”, como la describió San Juan de la Cruz y la recupera Luz Gabriela Balcázar, la palabra es faro que ilumina y guía hacia nuevos comienzos.

 Este número nos enseña que preservar la fe, decir “no” ante los falsos brillos, denunciar la injusticia o cantar la grandeza de la mujer como bien lo captan en sus letras Guillermo Axalco, Leticia Díaz, Olivia Sesma y Lilia Rivera, son gestos que, desde la literatura y el arte, construyen resiliencia colectiva. La palabra se erige como raíz que no teme al viento, como ave fénix que resurge de las cenizas, como memoria que se niega al olvido.
 Memoria que, en esta edición, se evidencia en la obra de Adriana Terán y el maestro Sulayez, quienes son nuestros artistas invitados.

 En fin, en un mundo que con frecuencia se empeña en silenciar, Filigramma insiste en lo contrario: en que cada voz cuente, en que cada verso resista, en que cada lector encuentre en estas páginas la certeza de que la palabra no solo nombra, sino que también salva. Espero que disfruten Filigramma #24 tanto como yo al compartirla. Abel Pérez Rojas (abelpr5@hotmail.com) escritor y educador permanente. Dirige: Sabersinfin.com #abelperezrojaspoeta

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