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Crónica de la comida de los 75 años del Arzobispo
SIN LÍMITES.
*Estuvo el Gobernador, quien anunció algunas obras para el Seminario
Por Raúl Torres Salmerón
Todo inició con una llamada telefónica el fin de semana. Una persona allegada al Arzobispo de
Puebla, don Víctor Sánchez Espinosa, en su nombre hace una cordial invitación a acompañarlo
para celebrar sus 75 años en el comedor del Seminario Palafoxiano, pues quiere estar
acompañado de sus amigos.
Se advierte que antes, habrá una misa concelebrada y con la presencia de decenas de sacerdotes y
seminaristas.
Monseñor quiere estar con ellos –quizá sea la última vez- y departir con ellos en la
Misa, una ceremonia religiosa, no social, entre el pastor y sus más fieles clérigos y aspirantes al
sacerdocio.
La cita es las 2 y media de la tarde, como en años anteriores, a excepción de los tiempos de la
pandemia del Covid-19. La ceremonia religiosa se retrasa. Mientras departen funcionarios
públicos, empresarios y periodistas.
Pese al retraso se informa entre los cercanos al Arzobispo que
el Gobernador llegará también con retraso, anda en gira de trabajo.
Después de las 3 de la tarde, llega don Víctor con sotana blanca; en la mesa principal se sienta
flanqueado por el Alcalde de Puebla Capital, José ‘Pepe’ Chedraui Budib y la Fiscal del Estado,
Idamis Pastor. Sentados también los Obispos Auxiliares Francisco Javier Martínez Castillo y Tomás
López Durán
El comedor se llena de seminaristas y sacerdotes y los invitados. Don Víctor bendice los alimentos
y empieza la comida. Poco antes, una dama pide su atención a los presentes. Seguramente por el
intenso calor, le piden a Monseñor partir el pastel y hay un canto de Las Mañanitas y aplausos.
En las mesas, desde antes los meseros ofrecían agua de jamaica y de limón, mezcal, tequila y vino
tinto. Ya había platones de salsa verde y roja.
Al centro de cada mesa colocan una gran charola
que contiene arroz con chiles jalapeños, pollo asado, costillas, longaniza. Aparte ponen frijoles,
pan y tortillas.
Amenizaban previo y durante el evento, el Grupo Los Ruiz, les acompaña Estudio 7 y llega después
Lupita Sánchez y su Mariachi Viva México de Atoyatempan, Municipio de la zona centro del
estado. Era música tranquila, boleros, baladas, rancheras clásicas, nada de estridencias.
A las 4 con 15 de la tarde se presenta uno de los Coordinadores de Giras del Gobernador, quien
confirma en la mesa principal que Alejandro Armenta si llega, pero retrasado.
Después de la comida a las 5 de la tarde con 25 minutos llega el Gobernador Alejandro Armenta,
quien no come, pero brinda por don Víctor y ambos empiezan a charlar animadamente.
Poco
después toma la palabra el Arzobispo originario de Santa Cruz, Municipio de Teotlalco en la
Mixteca Poblana.
“Me da gusto recibir al Gobernador Alejandro Armenta, a quien conozco desde hace muchos años
y somos muy cercanos, gracias por venir…. lo recuerdo a él y su familia… él creció en la Parroquia
de Acatzingo… y he acudido a eventos donde me invitan en beneficio de las familias poblana y lo
hace por amor a Puebla”, expresa en la bienvenida.
La respuesta del Gobernador, vestido con traje azul y corbata rojas, no se hace esperar: “Es un
honor estar aquí… tenemos una amistad de muchos años, con tratos entre las familias y en lo
personal… incluso he pedido consejos algunas veces… en ocasiones vamos de la mano de los
sacerdotes de la Iglesia católica en Puebla… Feliz Cumpleaños, remata el Mandatario.
A las 5 de la tarde con 35 minutos Armenta se despoja de la corbata.
A las 6 de la tarde se quita el
saco. El calor continúa. En algunas mesas se comenta que el conductor del vehículo del
Gobernador contribuyó a su llegada tarde pues se perdió camino al Seminario.
Después de una animada plática, ambos vuelven a tomar el micrófono. Después de las 6 de la
tarde, el Arzobispo Espinosa Sánchez agradece nuevamente al Gobernador su presencia, repite
que son amigos y recuerda que hace algún tiempo, con sus amigos periodistas prácticamente
“destapó” a Armenta como el más indicado para ser el candidato al Gobierno y después ganador
de la elección.
Don Víctor habla de la remodelación de las canchas del Seminario, de futbol, volibol, basquetbol y
hasta del uso de raquetas, es un semillero de seminaristas a quienes les gusta el deporte.
En respuesta, Armenta comenta que, en Santa Cruz, Teotlalco, en una reunión con el Arzobispo,
acordaron trabajar en obras comunitarias. Y sobre el Seminario anunció la construcción de un
frontón, una de frontenis, un programa de mantenimiento y el corto plazo una alberca.
La ovación
de los presentes fue ensordecedora, acompañada de porras.
Pasadas las 7 de la noche, don Víctor se despide de Alejandro Armenta. Tiene un compromiso en
la Casa de la Cristiandad, ubicada en el Fraccionamiento El Mirador donde los movimientos de
laicos de la Arquidiócesis de Puebla, agrupados en el Consejo de Laicos, ofrecen una cena al
Arzobispo de Puebla.
Organiza el evento el Padre Leonel Zacarías, Rector de la Casa de la Cristiandad. Don Víctor oficia
la misa en el templo, pronuncia la homilía y posteriormente los movimientos de laicos, más de 60
organizaciones que tienen que ver con acciones eclesiales en la Dimensión Familia; Renovación
Carismática; Asociaciones, Apostolados y Grupos de Oración, donde convive con todos.
Incluso hubo sesión de baile, donde participaron los dirigentes laicos con sus esposas, en un
ambiente de camaradería.
Así fueron los festejos de don Víctor Espinosa Sánchez, al cumplir los 75 años de vida.
En fin, como escribió Gregoria de Gante (Puebla, Tecali, Puebla, 1890-1975), en su poema El Valle
de Puebla:
Por sobre el caserío,
gallardas y gemelas,
la Catedral levanta sus dos torres
como nuestras dos vidas paralelas;
y sobre las cien cúpulas
de soberbios cien templos
alzados como ejemplos
de la Fe constructora,
el sol lanza a puñados su reflejo
que se quiebra en lumínicas astillas
y arranca la vivaz, multicolora
carcajada de luz del azulejo.
raultorress@hotmail.com
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