José Luis Camacho Acevedo. El ejercicio de la Revocación de Mandato que habrá de celebrarse en menos de un mes (el 10 de abril próximo) es evidente que trae cargando la sospecha de que tiene un propósito político inocultable: demostrar que el presidente Andrés Manuel López Obrador, a mitad de su mandato, tiene un respaldo popular mayor, o cuando menos muy parecido, al que obtuvo con la votación de 2018 con la que ganó la presidencia de la república.
El contexto mundial se ha modificado del 2018 a la fecha. Además de las variables económicas que marcan números negativos en casi todo el mundo, la Pandemia del Covid-19 que ha modificado conductas sociales y preferencias políticas, son algunos de los factores que de manera importante influirán en los procesos de consulta pública como será el caso de la Revocación de Mandato en México. Las empresas encuestadoras de mayor prestigio en el país coinciden en el pronóstico de que la Revocación de Mandato no será vinculante porque, de acuerdo a manifestaciones ciudadanas en sondeos realizados para presagiar un resultado el 10 de abril próximo, no se alcanzarán los 40 mil votos a favor que la convertirían en un ejercicio vinculante.
Sin embargo, el resultado de la consulta será, casi se puede afirmar con cierta certidumbre, que los que acudan a votar lo harán en favor de que el presidente López Obrador continue en su encargo hasta diciembre del 2024. Por la seriedad que lo caracteriza, reproduzco dos conceptos del Maestro Francisco Abundis en su columna publicada hace tres días en el diario El País. “Uno de los fenómenos más interesantes de las elecciones intermedias del año pasado fue la sobrestimación de Morena en el Congreso.
De las mediciones pre electorales no hubo una sola que no sobrestimara a este partido político. El promedio de sobrestimación de las distintas mediciones preelectorales publicadas fue de alrededor de 7 puntos porcentuales.
Quien menos lo sobrestimó lo hizo por 4 puntos (GEA ISA) y quien más lo hizo por 10 puntos porcentuales (SIMO). Es posible que igual que se sobrestimo a Morena en la última elección federal se este sobrestimando la Aprobación Presidencial. Si este fuera el caso podríamos corregir cada una de las aprobaciones publicadas con el porcentaje de sobrestimación que tuvieron el año pasado cada una, o con la sobrestimación promedio. Aprobación no es preferencia electoral, pero sólo por propósitos analíticos se podría realizar el ejercicio. En promedio las últimas mediciones publicadas la aprobación del Presidente está alrededor del 62% por ciento, si quitamos la sobrestimación electoral a cada una de las mediciones o al promedio de 7%, el número de aprobación quedaría en 55% apenas por arriba del 50%, de la mayoría simple. Al observar el ejercicio para cada una de las consultorías veremos que el nivel de corrección es mayor o menor en función de sus propias sobrestimaciones. Para más de una con el porcentaje de corrección la aprobación estaría por debajo del 50%.” Sin duda que Paco Abundis toca tierra con sus afirmaciones. Parametría sigue un referente serio y obligado en el mundo de las encuestas en México.
EN TIEMPO REAL. 1.- La separación del cargo de Sandra Cuevas como alcaldesa de Cuauhtémoc en la CDMX, despide un fuerte aroma a venganza de la mancuerna infernal constituida por Dolores Padierna y René Bejarano. Con esas ocurrencias nada se ayuda a la gobernabilidad de la CDMX.
2.- Ya se encuentra en el penal de Apodaca, Nuevo León, el exgobernador del estado, Jaime Rodríguez Calderón,
“El Bronco”; está acusado de presunto desvío de recursos en su campaña electoral como candidato independiente a la presidencia.
3.- El caso del vandalismo planeado en el Estadio Corregidora de Querétaro se está investigando a fondo. Las versiones de que fue una acción planeada son ratificadas por hechos que constan en videos. La renuncia del director deportivo de Los Gallos de Querétaro, Adolfo Ríos, el Arquero de Dios, presagia nuevas declaraciones sobre este caso que pueden involucrar incluso al gobernador de Morelos Cuauhtémoc Blanco.
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