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Quisieron regresar a Manzanilla al gabinete

Quisieron regresar a Manzanilla al gabinete





Por Fermín Alejandro García


Al inicio del sexenio –cuenta un destacado político local– al gobernador Rafael Moreno Valle Rosas le gustaba hacer la siguiente distinción, palabras más, palabras menos: se refería de manera despectiva a su entonces secretario general de Gobierno, Fernando Manzanilla Prieto, a quien llamaba el “apóstol o el señor de la paz”, y en cambio decidía que él era un “señor de la guerra”, al hacer alusión a que no se iba a dejar presionar ni amedrentar por ninguna organización social y campesina, contra las que se disponía a actuar con mano dura.

Para nadie es un secreto que las diferencias de criterio para abordar los problemas en el estado minaron la relación entre Manzanilla y Moreno Valle, luego de una larga y estrecha relación de colaboración, amistad y de parentesco político, lo cual provocó que el primero de ellos saliera del Poder Ejecutivo a finales del año 2012.

Ahora se cuenta una versión extraoficial de que el gobernador le habría pedido a Fernando Manzanilla regresar al gobierno del estado para buscar ser un factor que destrabe la crisis que enfrenta el Poder Ejecutivo.

Se ignora qué cargo o función la habría ofrecido; se desconoce si la intención era que Manzanilla sustituyera a Luis Maldonado Venegas, el actual titular de la Secretaría General de Gobierno (SGG), y quien es el principal responsable de la crisis política y de imagen que enfrenta el gobernador, ya que este funcionario fue incapaz de resolver por la vía de la negociación el conflicto que el Poder Ejecutivo provocó en las juntas auxiliares por retirarles, de manera absurda y arbitraria, el manejo del registro civil y el control de la seguridad pública.

Lo único que se cuenta es que Fernando Manzanilla Prieto habría declinado regresar al gobierno del estado.

No sé sabe cuáles habrían sido los argumentos para resistirse a retornar a una posición oficial dentro del gabinete.

Hasta la fecha no queda claro si la separación de Manzanilla del equipo oficial de trabajo del mandatario se trató de una ruptura real y profunda, o si ambos fingen un conflicto de intereses para buscar que el ex secretario de Gobierno se infiltre entre los opositores a la administración morenovallista.

El único aspecto que si está claro es que le haría mucho bien al mandatario estatal reincorporar a Fernando Manzanilla, quien ha sido el único político que ha pasado por el gabinete al que le gusta dialogar, aunque sea de manera limitada, y que se atreve a disentir con el jefe de la administración estatal y que por sus creencias religiosas es partidario del no uso de la violencia.

Manzanilla es un tecnócrata, un personaje frívolo y ajeno a la realidad social del estado, pero es un político con rostro amable, conciliador, que contraste con la imagen represora, autoritaria, fascista y violenta característica del gobernador y sus principales colaboradores.

Más allá del tema de Fernando Manzanilla, algo que está claro es que si el gobernador no corre a Luis Maldonado no podrá resolver su crisis de imagen, pues el titular de la SGG se caracteriza por su poco o nulo interés por los conflictos sociales del estado. Su presencia en el gabinete únicamente se debe a que obedece en todo a Rafael Moreno Valle.

Un secretario de Gobierno tiene que ser un personaje con templanza, estar bien informado, entender el comportamiento y los intereses de grupos políticos o de movimientos sociales. Además, tiene que ser alguien que utilice como herramientas el dialogo, la negociación, el consenso, la discusión pública, el debate. Y de todo ese carece el señor Maldonado.



¿Se va Facundo Rosas?



Por enésima vez se ha vuelto a regar la versión de que ahora sí, el próximo fin de semana, se va del gabinete el insufrible titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Facundo Rosas Rosas, como una medida del Poder Ejecutivo que busca despresurizar el conflicto en que se metió por reprimir a la pequeña pero valiente comunidad de San Bernadino Chalchihuapan.

Facundo Rosas ha sido un factor altamente nocivo para el gobernador, ya que en cuanto se supo que él era el responsable del aparato represor de Moreno Valle la prensa nacional recordó el pasado oscuro de este personaje, quien fue un pésimo jefe policiaco, ya que no pudo hacer nada contra el desbordamiento de la delincuencia en el sexenio pasado, y porque fue parte de los montajes que se utilizaron durante los dos gobiernos panistas de la República para incriminar a inocentes en delitos del orden federal.

Se dice que Facundo Rosas ha estado dispuesto a ser “sacrificado”, siempre y cuando su salida no tenga mayor alcance que una simple dimisión.

A lo que no estaría dispuesto, dicen algunos enterados, es a que se le quisiera llevar a juicio por la muerte de un menor de edad en la represión de Chalchihuapan, porque entonces señalaría a los verdaderos responsables de haber ordenado el uso desmedido de la fuerza pública contra los campesinos que el pasado 9 de julio protestaban por el retiro del registro civil de su comunidad.

Al igual que Maldonado, se puede afirmar que Facundo Rosas es un factor nocivo en el grupo morenovallista, pero es algo que no se alcanza a percibir en Casa Puebla o que de manera necia no se quiere aceptar.

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