El Netanyahu Poblano
Por Enrique Núñez
Entre más se agudiza el conflicto entre el estado de Israel con los territorios ocupados en la franja de Gaza, más toma sentido la nota periodística publicada en el diario español El País, en donde se le compara a Moreno Valle con el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu.
En una próxima entrega, retomaré algunos fragmentos de la nota publicada por Jorge Zepeda Patterson, pero por el momento, hay que decir que es una pena que Puebla sea nota internacional gracias a las actitudes represoras de Moreno Valle y, peor aún, que se nos compare con el personaje más despreciado de la actualidad: Benjamín Netanyahu.
Por lo pronto, les dejo el primer párrafo de ese artículo:
Los Palestinos de Puebla
Cuando todo falla, cuando los argumentos no convencen, cuando el poderoso que ha sido encontrado en falta se encuentra contra la pared, siempre queda el recurso de acusar a la víctima. Sucede en Palestina con la ofensiva en contra de civiles, sucede en Puebla con el uso criminal de balas de goma, sucede en Estados Unidos con los niños migrantes.
La caída del Señor de las Balas
El orgullo del ahora llamado Señor de la Balas —antes Señor de los Cerros— lo ha llevado a continuar en el error, pese a que la sociedad espera una disculpa pública de quien los convenció de otorgarle las llaves de Casa Puebla.
Lamentablemente, la apuesta morenovallista no cambiará y está centrada en jugarse el todo por el todo, con base en la ya famosa historia del cohetón.
Al igual que los estrategas de Mario Marín, la apuesta es por la negación, antes que por la aceptación.
Sin duda, estamos hablando de actitudes ególatras y megalómanas, que describen la personalidad de ambos personajes.
El problema para Moreno Valle, contra Mario Marín, es que quien suspiraba por Los Pinos, hasta hace unos días, era el actual gobernador.
En ese sentido, pensar que el Lidyagate fue más o menos grave que el Balagate resulta un absurdo, toda vez que uno es parte la historia y el otro es el presente político.
Es tan absurda la insistente comparativa que piensan que con Marín poner en la misma balanza los dos escándalos, insistiendo en que el Balagate no fue tan grave como el Lidyagate, no se dan cuenta de que están sepultando las aspiraciones de Moreno Valle.
Lamentablemente, para las apetencias políticas del Señor de las Balas, cometieron los mismos errores que en su antecesor, y que si bien es cierto, contaba con el cobijo y la complicidad de Televisa y TV Azteca, no contó con el impacto de las redes sociales, las cuales no existían en la famosa crisis marinista.
Al final de la historia, Moreno Valle pasará a la historia como uno más de los hombres que cometieron el error de aspirar a la Presidencia de la República sin estar preparados para ingresar a las ligas mayores de la política.
Y lo peor es que en esa pretensión, la vida de un niño, la libertad de muchos poblanos y la tranquilidad de la inmensa mayoría pagaron los costos de esa ambición.
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