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Avión, el pueblo más rico de Galicia y con más coches de lujo, ahí vacaciona Carlos Slim, Luis Miguel, Vicente Fox

Avión, el pueblo más rico de Galicia y con más coches de lujo, ahí vacaciona Carlos Slim, Luis Miguel, Vicente Fox


De sus 2.500 habitantes, el 60% es pensionista y el resto subsiste de la pequeña agricultura y el comercio local. En verano, la cosa cambia. El pueblo duplica su población y por sus calles aparecen coches de lujo, Mercedes, Porsche, algún Rolls Royce… La familia Vázquez Raña tiene la ‘culpa’ de que, desde hace algunos años, próceres como Amancio Ortega, el cantante Luis Miguel o el ex presidente de México Vicente Fox, se hayan dejado ver por el pequeño municipio orensano de Avión. La última de estas ilustres visitas es la de Carlos Slim, el hombre más rico del mundo, que ya estuvo el pasado verano y ha repetido en este.  En agosto de 2013, Slim fue fotografiado alrededor de una mesa de mesón sobre baldosines de gres, sin un puro o un anillo o un guardaespaldas a la vista, Slim y sus distinguidos amigos parecían cuatro paisanos corrientes, para que luego digan que el hábito no hace al monje… El artífice de la instantánea fue Olegario Vázquez Raña, empresario avionés afincado en México que hoy goza de una de las principales fortunas de este país gracias a sus prósperos negocios que tocan el sector sanitario, el turismo, las finanzas y la comunicación.

Vázquez Raña es la cara amable de la emigración gallega, la prueba de que uno puede salir cargado de ilusiones y regresar a la patria a bordo de un Rolls Royce aunque esto, en el concello de Avión, lo saben bien. En invierno, Avión es quizás el pueblo más tranquilo de su entorno. De sus 2.500 habitantes, el 60% es pensionista y el resto subsiste de la pequeña agricultura y el comercio local. En verano, la cosa cambia. El pueblo duplica su población y por sus calles aparecen coches de lujo, Mercedes, Porsche, algún Rolls Royce… No en vano, Avión ha sido durante años el pueblo que más coches matriculaba en verano, llegando a sumar más que Madrid y Marbella juntos en el verano de 2008. También su renta per cápita está a la cabeza de España, ocupando junto al vecino pueblo de Beariz el puesto de honor en el ranking gallego. “Las estadísticas dicen que la renta es alta, pero en un pueblo pequeño unas pocas fortunas suben la media. Esto no quiere decir que el nivel de vida sea alto. Por lo general, la gente es humilde”, afirma el alcalde de Avión, Antonio Montero.
Emigrante como otros muchos, Montero pasó 14 años en México y tampoco le fue mal. Su familia tenía negocios de muebles y ahora, ya retirados, todos han vuelto a Avión. “Mi padre, que es de Celanova, se marchó a Brasil, de allí pasó a Argentina y después a Uruguay. En Uruguay conoció a mi madre, que es de Avión, y se casaron. Vivieron en muchos sitios, incluso en Suiza, antes de instalarse en México. Allí ya estaban mis tíos, que fueron los primeros de mi familia en llegar, aunque ellos ya tenían allí algún pariente. Yo llegué a comienzos de los setenta, cuando tenía cinco años. Esta historia, que parece muy rocambolesca, es la historia típica de un emigrante gallego”, afirma.
 Al alcalde de Avión le molesta que se de una visión tan exitosa de la emigración del concello. “Yo no le daría tanta importancia. Aquí el éxodo fue masivo, se marchaban casi todos los hombres, de modo que si se fueron cinco mil y cien han tenido éxito, tampoco me parece un gran porcentaje. Supongo que en otros sitios habrá pasado lo mismo aunque aquí, por ser más pequeño, ha tenido más relevancia”, asegura. Para Antonio Montero, la emigración también tiene una cara amarga y esta no se muestra en los reportajes, ni en los documentales que habitualmente se hacen sobre el pueblo. Aquí ha habido de todo, los casos emblemáticos de los hermanos Vázquez Raña, los que han hecho una pequeña fortuna y los que han vuelto igual que se han ido”, afirma.
En Avión hay de todo, como en todas partes, pero quizás con un porcentaje de éxito más alto de lo habitual para un pueblo tan pequeño y no sólo por la cantidad de coches de lujo que se ven en verano. Avión cambia su fisonomía en los años setenta y ochenta, cuando empiezan a levantarse los chalés que quizás hoy no resulten tan llamativos pero que desencajaban en aquella Galicia rural de hace treinta años. 
Por lo general, no ha habido fortunas fulgurantes sino procesos que han ido cuajando generación a generación. Si los pioneros llegaban a montar una fonda o una cantina, la segunda generación la convertía en un hotel y la tercera, a menudo ya con estudios universitarios, le daba al negocio el impulso decisivo y lograba diversificarlo. “El pequeño porcentaje de éxito que haya podido haber en la emigración de Avión ha sido con mucho trabajo, eso sí que es seguro”, afirma Antonio Montero.
Luego está la segunda característica del emigrante de Avión y de toda la emigración gallega en general: la morriña, el recuerdo de la patria, las ganas de regresar. Para el profesor de Geografía Humana la Universidad de Santiago, Carlos Sexto Ferras, la emigración de Avión tiene una “naturaleza circular o golondrina”, están yendo y viniendo constantemente, por lo que viven en realidad, a caballo entre ambos países, lo cual marca también el modelo de negocio que desarrollan. “A veces poseen negocios entre varias familias y rotan en el trabajo para pasar largas temporadas en Galicia”, afirma el profesor.
Mexicanos y gallegos
El resultado de este proceso de emigración exitosa y contacto permanente con la tierra es un pequeño municipio que ya mezcla los cruceiros con el águila mexicana y a su San Roque con la Virgen de Guadalupe. De hecho, el último sábado de julio se celebra una fiesta mexicana, que en cierto modo pretende devolverle a este país el cariño y el buen trato que dispensó a sus emigrantes, al tiempo que permite a los más jóvenes conocer la cultura en la que muchos de sus familiares han pasado buena parte de su vida. A la fiesta se invita a participar a buena parte de los restaurantes mexicanos de Galicia. Ellos ofertan sus productos y el ayuntamiento pone la música y el recinto.
El contraste de México y Galicia se distingue también entre la población emigrante, que vive en la paradoja de ser tenido por extranjero en sus dos patrias. “Allí les llaman gallegos y aquí mexicanos”, afirma María Hervera, que junto a su hermano Marcos han dirigido el documental ‘Avión, el pueblo ausente’, presentado ya en algunos festivales y a punto de estrenarse en televisión. Para María, los emigrantes de Avión viven en una contradicción constante: “Allí viven con inquietud, con muchas medidas de seguridad y siempre con un ojo en Galicia porque adoran su tierra. Mantienen las costumbres y la gastronomía, ven la tele de aquí, hablan un gallego muy bonito porque han mantenido un idioma que aquí ya no se habla, tocan la gaita, bailan… Pero sin embargo, nunca llegan a tomar la decisión natural, que sería vender todo y trasladarse definitivamente a Galicia. En cierto modo tienen una misión, que es mantener el negocio y el patrimonio familiar. Ese es el legado que les dejaron sus abuelos y el que quieren dejar a sus hijos”, asegura.


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