La Gestapo a burócratas
Por: Alejandro Mondragón
“El gobernador está siendo difamado, es víctima de una campaña (…) aquí vean los videos donde alborotadores lanzan piedras a los policías, uno de ellos desde el hospital cuenta su versión”.
Este comentario comienza a multiplicarse en dependencias del gobierno del estado por parte de directores y jefes de departamento que fueron instruidos por asesores de los secretarios para divulgar la versión oficial de los hechos en Chalchihuapan, donde mataron a un menor.
Así, comenzó la presión hacia la burocracia estatal con la petición formal -después de ver videos, fotos y todo un Power Point- para que proporcionen los nombres de sus cuentas de correo electrónico, Facebook y Twitter para que desde ahí envíen a familiares y amigos la versión oficial.
“Todo es voluntario, a nadie se presiona, pero me parece que tenemos que cuidar nuestro trabajo”, es lo que les dicen a los burócratas.
Algunos proporcionan datos y aquellos que tienen contratos de eventuales reciben el exhorto de sumarse para hacer puntos.
Presiones constantes ante la detección de una cadena de mensajes vía Whatsapp, Facebook y Twitter en la que los burócratas mandaban a diez personas para que se sepa la verdad de los hechos, que no es la versión oficial.
Ya era secreto a voces que desde la burocracia morenovallista se daba un abierto rechazo a lo que pasó en Chalchihuapan, donde se culpaba al gobernador, de ahí el intento de control de daños, por la vía de la presión, pero sobre todo tener el mayor número de cuentas para detectar al personal que se suma al escarnio mediático y despedirlo.
La omisión también se castigará. Son momentos de definiciones. Los burócratas o se suman a la versión oficial o serán también enemigos.
Me queda claro que ninguna lección les dejó esta crisis.
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