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Victimas del oscurantismo morenovallista

Victimas del oscurantismo morenovallista





Por Enrique Núñez

Los 3.5 millones que pagará el gobierno del estado por concepto del seguro contra accidentes de los helicópteros propiedad del gobierno del estado representan en sí un escándalo. Sin embargo, el tema tomaría proporciones mayores si lográramos conocer de manera detallada los gastos de operación de estas aeronaves, al igual que las bitácoras de los vuelos y los nombres de quienes viajan en ellas.


De entrada, nos sorprenderíamos por la cantidad de viajes que en particular realiza a la ciudad de México y a otras ciudades del país el helicóptero Agusta Grand de color negro, el cual es utilizado como transporte personal del gobernador y sus amigos.


Muchos de estos viajes nada tienen que ver con la actividad gubernamental, sino con fines evidentemente político partidistas, en donde el Señor de los Cerros se reúne con la élite panista, con empresarios y otros actores nacionales, con el fin de apuntalar su proyecto presidencial.


Si se transparentaran los costos y los destinos de los viajes con fechas y viajeros, podríamos determinar con certeza el desvío de recursos de parte del gobernador, en favor de sus aspiraciones políticas.


Lamentablemente, el oscurantismo informativo nos tiene a todos atados de manos.





El miedo como base de la gobernabilidad


Infundir miedo es una de las tantas estrategias de gobernar de Moreno Valle para asfixiar a opositores y todo aquello que perturbe sus intereses. En los últimos años tomó como estandarte una política del viejo régimen priista de las décadas de los 60 y 70.


Hoy en las páginas de Intolerancia Diario presentamos una entrevista con el empresario José Martín Maldonado García, quien, junto con sus hijos, operaba dos centros de verificación; sus declaraciones son contundentes: “El gobierno nos está matando de hambre”.


La frase es dura y no es una exageración.


Veamos.


Cerca de 83 dueños de estos establecimientos están a punto de perder lo que para la gran mayoría es el patrimonio de su vida; además, lo más grave del asunto es que los más de 500 empleados que se tienen se irán a la calle ante la quiebra de sus patrones; 500 empleos se irán a la basura por un capricho.


Ahora los empresarios poblanos les están quitando la oportunidad de generar empleos, y no lo dice Intolerancia, son ellos quienes lo denuncian de manera directa.


Sería interesante conocer, si es que existe, ¿qué tipo de apoyos le están dando a los trabajadores de los centros de verificación que fueron clausurados aun cuando la concesión sigue vigente? ¿Qué va a pasar con las familias de estos trabajadores que se ganaban la vida trabajando de forma honrada?


Si dicen que existía corrupción, ahora sería interesante que presenten los videos de las cámaras de vigilancia que operan al momento de que se hace la revisión.


La realidad es que el gobierno morenovallista, lejos de combatir el hambre y el desempleo, hace todo los contrario y los poblanos se quedan en la indefensión.





Las cuotas de los policías


Las cuotas que exige el jefe de la policía a sus subordinados aún prevalecen; sin embargo, ahora ya no son económicas, se trata de detenciones sean o no culpables; ahora un ciudadano inocente puede ser detenido cuando camine por la calle.


El uniformado lo acusa y así ya se llena la lista de enemigos de sistema.


Comentan que ayer los pocos reporteros que acudieron a la conferencia de prensa de Roxana Luna, que se llevó a la hora del partido de la Selección, se sintieron impotentes al escuchar a Carlos “N” decir: “Voy a dejar la escuela para vender gelatinas y sacar a mi mamá de la cárcel”. La señora y su hija fueron detenidas sin pruebas, con el dicho del policía Jesús del Campo Meléndez y ahora tienen que pagar una fianza de 375 mil pesos, cuando ella lavaba ajeno para sobrevivir.


Las órdenes de Facundo son claras: “Tráiganme a los responsables y si no están a los que se aparezcan”, frase de un sistema dictatorial.


El morenovallismo apaga cualquier “foco” de alarma para mantener la gobernabilidad con una vieja fórmula, aquella que caracterizó al viejo PRI, al de las décadas 60 y 70, en el cual vivió su abuelo, el general Moreno Valle.


Si el hoy gobernador tiene en mente llegar a Los Pinos, tendrá que transformar ese estilo autoritario, que nos recuerda un estilo de gobierno que ya superamos y al que la mayoría de los mexicanos no queremos regresar.

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