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BRINDA IMSS ATENCIÓN A PACIENTES CON PARKINSON

· Puede atacar a cualquier persona de los 18 en adelante; actualmente los pacientes oscilan entre los 40 a 65 años de edad.
· Con el tratamiento que brinda el IMSS, los pacientes llegan a vivir hasta 30 años después a la detección del Parkinson.

La neuróloga del Hospital de Especialidades de San José del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Nancy Bertado Ramírez, expuso que la prevalencia del Parkinson en la sociedad mexicana es de 40 a 50 personas por cada 100 mil habitantes; padecimiento que se caracteriza por un proceso degenerativo del sistema nervioso central que ocasiona temblor, rigidez y movimientos lentos.

La especialista del Seguro Social dijo que esta es la segunda causa de las enfermedades neurodegenerativas, antecedida por el Alzheimer, y que es una de las más incapacitantes.

Se caracteriza por una disfunción de sustancias importantes llamadas neurotransmisoras, específicamente la dopamina, aunque en los últimos tiempos también se ha determinado que se limita la producción de serotonina, adrenalina y la noradrenalina, detalló la especialista.

Explicó que los síntomas se dividen en 2 fases: la premotora, en donde no hay afectaciones de movimiento, pero sí alteraciones olfatorias, cardiovasculares, intestinales, del sueño y generalmente esta etapa aparece 10 ó 15 años previos a que empiecen los trastornos del movimiento.

En la fase motora puede existir lentitud del movimiento, temblor en reposo habitualmente sólo de la mitad del cuerpo y rigidez de las extremidades e inestabilidad postural, además que puede caer ante cualquier empujón.

La neuróloga Nancy Bertado, puntualizó que existen tres tipos de Parkinson de acuerdo a la edad de presentación: el juvenil que es en menores de 30 años, de inicio temprano, después de los 30 y el Parkinson tardío que se presenta después de los 65, pero que antes era el más común.

Enfatizó que el mal no es curable, pero el Instituto brinda tratamientos que detienen y mejora los síntomas cardinales que son: la rigidez, el temblor, la inestabilidad y la lentitud del movimiento, con ello, los pacientes pueden tener una vida prácticamente normal.

“Cuando hay antecedentes familiares de la enfermedad, el IMSS hace un screening, que es una escala de olfación, pero que no necesariamente van a desarrollar el mal, pero que se hace como medida de detección temprana. Es poco prevalente que sea hereditario o genético”, aseguró la neuróloga.
Finalmente, mencionó que con los tratamientos que brinda el Instituto, los pacientes pueden vivir hasta 30 años después de la detección del padecimiento.

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