Al minuto

¿La realidad frente a la soberanía alimentaria?





José Roberto Fuentes López  Reza el slogan presidencial desde hace 7 años que, sin maíz no hay país. Desde mediados del siglo pasado, México era autosuficiente en la producción de maíz; por ejemplo, “en el año 1965 se exportó 1,347,189 toneladas” pero, la mala planeación, la indiferencia gubernamental y, actualmente la frivolidad para impulsar la política pública agropecuaria ha revertido esa tendencia. 

La falta de apoyo real al agro mexicano ha hecho que la producción de maíz en cada ciclo agrícola disminuya, al grado que a la fecha “se importe cerca del 78% del maíz que consumimos los mexicanos”.

 Así, en el primer semestre del presente 2025, “se importaron aproximadamente 16.8 millones de toneladas, es decir las compras en el extranjero de maíz blanco, base de la tortilla se incrementó en 268%”, situación lamentable; lo que antes era orgullo y, nos daba identidad ha dejado de serlo. Independientemente del cambio climático entre otros factores, si se eliminaran diversas restricciones, empezaríamos a buscar la autosuficiencia, apoyándonos cuando menos en el uso de la biotecnología, e incentivando a los pequeños productores.

 El campo y los micro productores y/o ejidatarios se han venido empobreciendo, lo cual ha hecho que abandonen la actividad agrícola, emigrando a otras regiones, para ir en la búsqueda de mejorar su nivel de vida. Pero al parecer el gobierno reacciona solo cuando existen bloqueos, el tema del maíz prende las alarmas, los productores señalan que “el precio ha caído de 7,000 pesos por tonelada en 2022 hasta 5,200 pesos en 2025.

 En el mismo periodo, los costos de producción se han elevado incluso arriba del 50%”. Es por lo anterior, que cientos de miles de productores iniciaron en la presente semana, bloqueos carreteros y movilizaciones en 17 estados del país, su principal exigencia es contar con precios justos, seguridad y un efectivo respaldo de las José Roberto Fuentes López autoridades gubernamentales ante la situación que enfrentan tales como narcoviolencia, intermediarios abusivos y precios bajos.

 Este justo reclamo debe orientar al gobierno no solo a ser solidario o sensible ante las demandas de los productores del campo, sino que deba atenderlas con seriedad, toda vez que es determinante para la alimentación diaria de los mexicanos. Sin embargo, de manera recurrente, productores y trabajadores han realizado diversos planteamientos sin ser escuchados, por ello, esta movilización agrícola da muestras de fortaleza y cohesión en un sector que difícilmente es atendido. 

A lo anterior habrá que añadir la latente inseguridad en el ámbito rural, debido principalmente al secuestro de mercancías, maquinaria y el cobro de cuotas, obligando al abandono de terrenos agrícolas por temor e incosteabilidad. Sin embargo, en el ámbito discursivo, el gobierno presume programas como precios de garantía, producción para el bienestar y fertilizante gratuito, siendo solo un paliativo mínimo, ante el encarecimiento de los insumos agrícolas y; donde actualmente, se desapareció a la banca rural y el presupuesto gubernamental destinado, es inferior en un 50% al de hace 8 años

. Estos bloqueos representan un llamado de auxilio para el rescate al campo, no se demanda privilegios sino voluntad política, reglas claras, apoyos justos y tangibles. Se tiene que pasar del discurso a la realidad, donde en el campo se respire seguridad, certeza jurídica y el pago justo a los productos agrícolas. Solo así se asegurará la soberanía alimentaria y se empezará a dignificar la labor de campesinos, productores agrícolas y por ende de las familias que de ella dependen. Sus comentarios. jrobertofl2021@outlook.com

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