José Roberto Fuentes López-
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La planeación es y debe representar un compromiso indeclinable del gobierno en
sus tres niveles y, por medio de este instrumento se podrá determinar rumbo y
certeza a un proyecto de nación, viable, certero y que atienda a las legítimas
demandas de toda la sociedad a la que se gobierna.
Por ello, el gobierno actual, debe llevar a cabo un proceso que oriente y promueva
el desarrollo, con un criterio político sí, pero debiendo articular la gestión
gubernamental a los requerimientos de la sociedad, sumando voluntades y
encauzando los esfuerzos en torno a fines comunes.
Por tanto, el gobierno federal no debe concebir el progreso del país, operando
mediante procesos autoritarios; la planeación debe ejecutarse mediante una visión
integral de la problemática a resolver, utilizando mecanismos e instrumentos, que
incluyan aspectos económicos, sociales y políticos.
El primer intento formal de planeación se definió en el año 1930, con la Ley
General de Planeación de la República y es durante el sexenio 1982- 1988, donde
la planeación se eleva a rango constitucional en los tres niveles de gobierno.
En este contexto, el pasado 8 de septiembre, el secretario de hacienda del
gobierno federal, presentó a los Legisladores, el paquete económico 2026, el cual
se integra por: 1º los criterios generales de política económica, 2º el proyecto de
presupuesto de egresos de la federación y 3º la iniciativa de ley de ingresos de la
federación; el paquete contiene la situación económica y sus expectativas de
crecimiento para el año 2026.
A pesar de que señaló que no habrá incremento en los impuestos, por supuesto
que los habrá y seguirá sin freno el crecimiento de la deuda, de ser así los
especialistas señalan que para el 2026, la deuda representará el 52.3% del PIB.
Es importante este paquete y su contenido, el gobierno de la república a través de
la SHCP, debe tener datos con propuestas realistas, toda vez que la totalidad del
ingreso se recauda vía impuestos, generados por la economía, dichos ingresos
José Roberto Fuentes López
provienen de los contribuyentes mexicanos, por tanto, si el Producto Interno Bruto
(PIB) crece la recaudación es mayor o viceversa si decrece.
Para lograr la recaudación propuesta que señala la secretaria de hacienda, la
expectativa es que la economía crezca 2.3%; ahora bien, el BANXICO recibió de
45 respuestas de economistas del sector privado un crecimiento de entre 0.2% y
1.3% y la más optimista fue de 2%; independientemente, si no se alcanza la meta
prevista de 2.3%, este déficit se cubrirá con deuda externa.
Me llama la atención el incremento a las retenciones impositivas particularmente
las de ahorro que pasarán de 0.5%, a 0.9%, representa un error estratégico en
términos de justicia social; toda vez que el ahorro proviene de pequeños y tal vez
medianos depositantes, el cual no debe ubicarse con la riqueza estructural de la
clase alta; más aun donde la desigualdad tiene una alta brecha y el ahorro para la
mayoría de las familias, representa un mecanismo de protección frente a la
precariedad laboral, la ausencia de seguridad social universal, etc.
“penalizar este esfuerzo mediane una carga impositiva equivale a debilitar uno de
los pocos medios con que cuentan los hogares para enfrentar contingencias como
enfermedad desempleo o vejez; es decir el paquete económico no distingue entre
ahorro precautorio y acumulación de capital”.
Esta situación es errónea y va a producir un efecto regresivo, que mermará su
ingreso, debido a que el ahorro de los hogares es parte del salario indirecto.
Ante lo cual, es prioritario que los legisladores (representantes de los intereses del
pueblo) lo analicen y corrijan este grave error que presenta el paquete, pues este
impuesto castiga al pequeño ahorrador, en vez de incentivarlo, más bien es una
medida que demeritará la calidad de vida.
Sus comentarios. jrobertofl2021@outlook.com
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