Al minuto

NO SE VALE GRAVAR NI EL 1% A REMESAS

 




 El impuesto del 1% a las remesas es indigno y una ofensa a los trabajadores mexicanos. · La medida anunciada por el gobierno mexicano de reembolsar ese 1 % con dinero del erario no es la solución al problema. ·

 Las acciones del gobierno de Estados Unidos son un juego en donde pierden el pueblo norteamericano (la economía se tambalea) y el pueblo mexicano (las remesas disminuyen drásticamente). Ciudad de México a 07 de julio de 2025.-

 Tras la propuesta de gravar con 3.5% las remesas que nuestros connacionales envían a sus familias en México, se desató un intenso debate en las cámaras baja y alta del Congreso de los Estados Unidos. La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) afirma que la iniciativa es a todas luces ilegítima, pues pretende cobrar un impuesto sobre un salario devengado, fruto del trabajo honrado y duro de millones de mexicanos que realizan en territorio estadounidense. 

 De su salario no sólo se hacen vivir ellos, sino que además destinan una parte para apoyar a sus seres queridos en sus lugares de origen; estados como Michoacán, Guanajuato, Jalisco, CDMX y Estado de México son las entidades que más reciben esta ayuda solidaria. El año pasado fue la principal fuente de ingresos de nuestra economía nacional, superando los 64,000 millones de dólares. “¿Qué motiva entonces este gravamen? 

La sospecha de que es dinero mal habido y con un destino aún peor. Nada más alejado de la realidad. Lo bueno es que ésta no se puede adulterar con palabras; basta observar los roles laborales que desempeñan los mexicanos en la sociedad estadounidense, trabajan en restaurantes como cocineros y meseros, en el campo como recolectores, en hoteles, en labores de limpieza, mantenimiento, jardinería, florería, albañilería, construcción, cuidado de personas mayores y niños, en transporte, fábricas, almacenes y mucho más”, explicó Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.

 Todo este capital de trabajo hasta queda corto frente a lo que los trabajadores mexicanos representan en aquellas tierras, compromiso, disciplina y voluntad para sacar adelante cualquier encomienda, entrega total. Todo el mundo sabe que cuando un sector de la economía estadounidense no encuentra mano de obra dispuesta a trabajar tiempo extra con toda la energía, el mejor plan es recurrir a la fuerza laboral mexicana.

 Entonces, ¿con base en qué se siembra esta sospecha sobre el salario que generan más de treinta millones de mexicanos viviendo en Estados Unidos? No hay razón legítima para desacreditar este recurso bien ganado con el sudor de la frente, estos trabajadores asumen riesgos, viven lejos de sus familias, soportan la nostalgia, la discriminación, la inseguridad y hasta se ven obligados a adaptar su paladar a bocados insulsos, insaboros y de baja calidad nutricional, todo con el objetivo de mejorar la calidad de vida de sus familias. 

 Resulta indignante que se insinúe que el dinero que envían a México pueda tener un destino ilícito, si con esos dólares miles de hogares mexicanos complementan el gasto para pagar renta, comprar medicinas, enviar a los hijos a la escuela y poner alimentos sobre la mesa. Ese dinero tiene un uso profundamente humano, es sostén, esperanza y un mensaje de amor y de los fuertes lazos familiares mexicanos

. La discusión sobre el impuesto a las remesas no es un tema de montos, de cuánto sí o cuánto no, 3.5% o 1%, sino que debe tenerse claro que resulta inmoral e ilegítimo fincar un gravamen a los dólares que literalmente son fruto de la gente que se parte el lomo para ganárselos.

 Finalmente, la cámara alta de los Estados Unidos aprobó un 1% de impuesto a las remesas, obvio resulta que fue menor que lo propuesto originalmente; sin embargo, resultaría ingrato festejarlo.

 El simple hecho de haber aprobado este cobro es indigno y una ofensa a los trabajadores mexicanos. “ANPEC tiene claro que la medida anunciada por el gobierno mexicano de pretender reembolsar ese 1 % con dinero del erario no es la solución al problema.

 El reembolso se trata del mismo recurso, el dinero público de todos los mexicanos; es una mala idea”, resaltó Rivera. Este no es el único golpe, las redadas migratorias sin control han generado un ambiente de miedo y terror entre los trabajadores mexicanos. Muchos han dejado de ir a trabajar y ya se resiente su ausencia, cosechas sin levantar, hoteles y restaurantes que no operan a su capacidad, industrias que ralentizan su producción, elevan sus precios y registran pérdidas.

 En consecuencia, la economía estadounidense empieza a tambalear donde antes se sostenía con trabajo mexicano y las remesas enviadas a México disminuyen severamente en comparación con el año pasado: -12.1% en abril (la mayor caída registrada desde 2012); -4.6 % en mayo (la mayor caída para dicho mes en los últimos doce años) y el acumulado de enero a mayo -3.00%. Evidencia de que las acciones del gobierno de Estados Unidos resultan a todas luces contraproducentes y no es otra cosa que un juego en donde pierden el pueblo norteamericano y el pueblo mexicano. #NiElUnoPorCiento#RemesasaTrabajoDevengado

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