José Roberto Fuentes López .
Donald Trump inició su gobierno, aclarando su política de deportaciones masivas,
militarizando la frontera con México, así como la imposición de aranceles si no se
cumplen sus exigencias migratorias y de seguridad; en respuesta la Conferencia
Nacional de Gobernadores (Conago), y el poder legislativo, señalan la necesidad
de alcanzar la unidad y coordinación en defensa de la soberanía nacional.
Lo cual es correcto, sin embargo, la unidad no debe ser privativa del ámbito
gubernamental. México requiere una estrategia integral de nación, donde
participen y se involucre a los medios de comunicación, analistas e investigadores
y, por supuesto el sector privado y la sociedad en general, para establecer una
estrategia conjunta, que desde mi particular punto de vista lo que hay que
defender es la dignidad de nuestro país, haciendo a un lado las posturas
ideologías.
Ante todas las amenazas de Trump la más preocupante tiene que ver con la
afectación de las exportaciones del agro y del sector automotriz, pues entre otros
sectores son claves para el desarrollo económico y social, razón por la cual se
debe poner sobre la mesa de las negociaciones la importancia que México
representa para la economía norteamericana.
Sin embargo, la soberanía es vulnerable no con las amenazas como las señaladas
por el presidente Trump, sino por los ataques perpetrados por las organizaciones
criminales que controlan un número significativo del territorio nacional y en
promedio asesinan a 80 personas cada día, entre otras acciones aberrantes.
De igual manera entender que hay razones de fondo que provocan la reacción de
Trump contra el gobierno de nuestro país, debido a que en el sexenio pasado y
actualmente el de la doctora Claudia Sheinbaum, se apoya a gobiernos
dictatoriales como los de Cuba, Venezuela, Nicaragua, por señalar algunos; el
gobierno de México esta alineado a los planteamientos del Foro de São Paulo,
cuyo objetivo primordial, se centra en desterrar la política neoliberal.
José Roberto Fuentes López
Pero lo cierto es que, la política de abrazos no balazos, permitió el
empoderamiento de los cárteles para controlar vastas regiones del territorio
nacional, los cuales se sentían protegidos.
Y ante las evidencias recabadas por las agencias de combate a las drogas, de
seguridad e inteligencia, el gobierno norteamericano etiqueta a los carteles de la
droga como terroristas, debido principalmente al fallido modelo de seguridad del
anterior sexenio.
Al tiempo de mostrarse sorprendidos por la repatriación de inmigrantes de
diversas nacionalidades. Cuando de alguna manera se ha apoyado y permitido el
libre tránsito por nuestro país para llegar a la frontera estadounidense.
La deportación diaria de miles de indocumentados provocara un colapso en
diversas ciudades fronterizas, con una consecuente crisis humanitaria.
Pero más allá de la frontera norte, el problema se podrá extender a diversas
regiones del territorio nacional puesto que el crimen organizado en México optará
por reclutar seguramente a indocumentados para utilizarlos e incrementar los
robos, secuestros, extorsiones, tanto a ciudadanos empresas, negocios etc.,
situación que distorsionará la vida y la economía del país.
Lamentablemente en la actual administración se tiene como premisa que gobernar
es comunicar y que nada es más importante que la percepción social, afianzando
un relato; el cual no coincide con la realidad, que enfrentamos los mexicanos.
Se requieren propuestas sólidas, que modifiquen la postura con la que se gobierna
y no que necedad y perversidad tengan mayor peso que las prioridades de la
población, lo ideal es cambiar la estrategia en forma radical, readecuando la(s)
políticas de seguridad, incluyendo las áreas de investigación.
México enfrenta una encrucijada grave, esperemos que fenómenos como los
robos y la extorsión no se incrementen por el freno en el tráfico de personas.
Sus comentarios. jrobertofl2021@outlook.com
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