Acapulco se encuentra realizando grandes esfuerzos por restablecer la vida que tenían previo a los desastres naturales Otis y John.
·
El gobierno federal anunció recientemente el resultado de las acciones de apoyo en Acapulco.
·
La realidad en Acapulco muestra que siguen siendo muchos los lastres que no se han podido resolver, empezando por la falta de agua potable.
Ciudad de México a 04 de noviembre de 2024.
La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) hace un llamado a la opinión pública, autoridades y tomadores de decisiones para que pongan su foco de atención en el puerto de Acapulco, en donde los lugareños aún se encuentran realizando grandes esfuerzos por restablecer una condición de vida regular, la que tenían previo a los desastres naturales Otis y John. La tarea de reconstrucción de este bello puerto es una pesada lápida que todavía trae a cuestas este pueblo guerrerense.
La presidenta Claudia Sheinbaum anunció hace unos días que se han invertido 6,659 millones de pesos en el estado en una primera etapa de limpieza, rehabilitación de caminos y electricidad; el director de la Comisión Nacional de Agua (Conagua) informó que el 100% de la ciudad ya tiene servicio de agua potable y desde la Secretaría de Bienestar se ha dado a conocer que ya se han repartido el 90% de los apoyos para limpieza, beneficiando a 32,000 personas que han recibido $8,000.00, que esto no será todo, pues ya vienen los apoyos para la vivienda.
“La realidad que viven los Acapulqueños es otra.
Siguen siendo muchos los lastres que no se han podido resolver, empezando por la falta de agua potable, el insuficiente apoyo a los damnificados, la lenta recuperación de la operación hotelera que trae como consecuencia la baja afluencia turística, lo que a su vez genera falta de empleo, y la violencia que provoca una inseguridad persistente”, señaló Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.
A continuación, se ofrece un parte de los distintos ámbitos de la vida en la ciudad al corte:
Damnificados y apoyos. Más de 128,000 personas fueron afectadas, 40,000 casas inundadas en 39 colonias y 18 localidades rurales. Ante la dimensión de la tragedia, los apoyos otorgados por el gobierno hasta ahora son insuficientes, alcanzando sólo al 25% de los afectados.
El resto de la población se manifiesta exigiendo nuevos censos y más apoyos, bloqueando las principales avenidas y calles de manera recurrente.
Turismo. La disponibilidad hotelera es de aproximadamente 50%. Algunos complejos siguen en reconstrucción y remodelación y otros han anunciado ya el cierre definitivo de sus puertas, como El Cano, el Grand Hotel Acapulco, Amarea y Holiday Inn, entre otros.
Desempleo. Muchas fuentes de trabajo fueron arrasadas por las lluvias. Algunas de las personas que perdieron su empleo toman el trabajo temporal de saneamiento básico y labores de limpieza que ofrece el gobierno, otros más tuvieron que salir del puerto a buscar mayores oportunidades en otros estados, unos cuantos más han empezado emprendimientos como venta de comida o ropa de paca, puestos en tianguis ambulantes, entre otros.
Inseguridad.
La violencia no frena, balaceras y personas asesinadas siguen siendo pan de cada día. Por otro lado, la constante presencia de la Guardia Nacional lo que logró evitar son los actos de saqueo y rapiña que se dieron los días inmediatos a la tragedia.
Hospitales y escuelas.
Se reportaron daños en un par de unidades médicas tras el paso del huracán, mas la infraestructura hospitalaria del sector público de salud funciona en su totalidad.
Respecto a las escuelas, 94% han regresado a clases, el otro 6% aún está pendiente porque los edificios escolares presentan afectaciones que podrían poner en riesgo a los alumnos y al personal.
Es importante señalar que debido a la falta de agua potable algunas escuelas de nivel básico sólo tienen clases dos o tres días a la semana.
Comercio.
El comercio sólo se paralizó una semana. Podemos decir con orgullo que la actividad del pequeño comercio se ha mantenido en pie operando con regularidad aun en estas adversas circunstancias dando servicio de abasto esencial a las comunidades que atienden a fin de garantizar la manutención de sus hogares.
Agua y limpieza.
Los problemas más evidentes son falta de agua potable en un 60% de la ciudad mientras que el restante 40% tiene un abasto intermitente, un día sí otro no. Por otro lado, persisten los escombros, basura, tierra y lodo en la mayor parte de las calles que fueron inundadas.
“Ante este panorama, los ciudadanos acapulqueños se encuentran inconformes con el desempeño del gobierno municipal, destacando como causas principales el tema del agua, el retiro de escombros, los bloqueos y la inseguridad en las calles.
Mientras que respecto al gobierno estatal y federal la valoración se encuentra dividida, pues los apoyos económicos y de enseres (estufa, colchón, refrigerador, ventilador) hasta ahora recibidos por una parte de los damnificados generan grandes expectativas.
El apoyo del Ejército y la presencia de la Guardia Nacional también se aprecia por haber parado los saqueos y rapiña; sin embargo, son aún cientos de familias afectadas las que no han recibido ningún tipo de apoyo de ninguno de los tres niveles de gobierno, convirtiéndose este hecho en una verdadera bomba de tiempo social”, reflexionó Rivera.
Esto resulta un cuadro difícil que obliga a releer la plana para evitar que esta desgracia encuentre en el tiempo un aliado que permita su olvido y, lo más grave, su normalización.
Acapulco es un pueblo alegre, animoso y combatiente, pero ante los duros golpes la gente se encuentra aturdida y la falta de claridad de soluciones a corto plazo, viviendo en medio de la atrocidad, verdaderamente afecta su tejido social. La ayuda es necesaria y, sobre todo, urgente.
Acapulco merece ver la luz de nuevo y más temprano que tarde volver a ofrecer para disfrute del mundo la belleza de la Perla del Pacífico Mexicano.
#ApoyemosTodosAcapulco
#AcapulcoNiUnDíaMásEnElOstracismo
Publicar un comentario