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ADIÓS A LAS PRIMERAS DAMAS




 ¡Las mujeres sí pueden! ¡Dra. Sheinbaum, usted podrá! ·

 Doña Carmen Romero Rubio, doña Margarita Maza de Juárez y doña Amalia Solórzano son una muestra muy representativa del trascendente rol de las primeras damas en el siglo XX. 


 · En el país hay un millón doscientos mil puntos de venta, el 70% de ellos son liderados por mujeres, ejemplo de perseverancia. ·

 Nada es súbito, la llegada de la primera mujer a la presidencia no se puede explicar tan sólo por la militancia y afiliaciones políticas; el adiós al machismo es un cambio cultural que ha exigido mucho esfuerzo a lo largo de los años. Ciudad de México a 23 de septiembre de 2024.- Desde la publicación del libro 

“La Suerte de la Consorte: las esposas de los gobernantes de México, historia de un olvido y relato de un fracaso” el 2 de octubre de 2010 al próximo 1 de octubre de 2024, ha pasado una década y media, tiempo en que hemos dejado atrás las lecturas palaciegas del papel de las primeras damas durante la gestión del gobierno presidencial de sus esposos.


 La obra de Sara Sefchovich da cuenta de las virtudes y aportaciones realizadas por estas primeras damas que transitaron al lado y, en muchas ocasiones, a la sombra del ejercicio de poder de los mandatarios. 

 Debemos empezar por la más sobresaliente, por virtud y tiempo, doña Carmen Romero Rubio, esposa del general Porfirio Díaz, primera dama durante veintisiete años.

 Se distinguió por promover la ciencia y el arte y fomentar políticas de visión modernizantes de protección a las élites del país, jugando un contrapeso muy relevante respecto al mando duro y autoritario del presidente Díaz. Imposible pensar en la obra del General sin los aportes de doña Carmen Romero.


 Lo mismo podemos decir de doña Margarita Maza de Juárez, esposa del presidente Benito Juárez, y de doña Amalia Solórzano, fiel compañera del general Lázaro Cárdenas. “Ellas son una muestra muy representativa de la historia, del trascendente valor del rol que jugaron en el siglo XX las esposas de los presidentes de México. 

Aunque hemos de reconocer que, en el fondo, el respeto a las primeras damas era también la expresión más fina de una sociedad machista que les reconocía un segundo plano útil, implícitamente declarando que ese era el escaño más alto al que una mujer podía aspirar. 

Este apartado histórico de la sociedad mexicana nos muestra una cultura que sólo se logra explicar bajo el halo paterno que le asignaba al hombre la función protectora y proveedora, mientras que consignaba a la mujer un rol de colaboración útil, en el mejor de los casos”, explicó Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes. 


 Sin embargo, el 1 de octubre de 2024 inauguramos una nueva era cultural del país con la llegada de la primera mujer a la presidencia de México, la doctora Claudia Sheinbaum Pardo. Pero ¿qué hubo de pasar para que esto fuera posible? 

Como sociedad enfrentamos y superamos grandes debates: otorgarle a la mujer el derecho a votar y ser votada, lograr su inclusión en el mercado laboral con equidad y reconocerle el derecho a decidir sobre su cuerpo con la despenalización del aborto en el país; a grandes trancos, estos hits describen muchos avances, manteniendo siempre la asignatura constante del movimiento que demanda el absoluto respeto y el no acoso ni violencia hacia a la mujer. 

 “Este es el aroma de la lucha de la mujer mexicana a lo largo de las últimas décadas, logrando impresionantes victorias a partir de su emancipación económica y su plena incorporación en prácticamente todas las trincheras del mercado laboral. Las mujeres trabajadoras han demostrado y, más importante, se han probado a sí mismas, que sí pueden.


 Que sí pueden ser responsables de su destino, que sí pueden trabajar y a la vez ser excelentes hijas, esposas, madres y jefas de familia, jugando además roles de maestra, cocinera, enfermera, etcétera. La mujer mexicana ha demostrado cabalmente que sí puede enfrentar un crisol de responsabilidades desde su independencia y libertad, acreditándose como el nuevo liderazgo social de nuestra población”, sentenció Rivera. 

 Con esta fotografía resulta fácil entender la llegada de la primera mujer a la presidencia de nuestro país, no tan sólo por atributos políticos militantes sino por la vainilla libertaria que han imbuido las mujeres a lo largo de los años para ambientar un clima social de inclusión y respeto.

 ¡Bienvenida, doctora Claudia!, al mundo real del empoderamiento de la mujer mexicana.

 La recibimos con entusiasmo y convencidos de que tiene la mesa puesta para borrar de una vez y para siempre la división social por género e inaugurar una sociedad integrada desde la equidad y la inclusión de todos. No tenga duda que su mandato “caerá en blandito”.

 Sin lugar a duda México ha cambiado, quedando en la memoria colectiva la era dorada del cine mexicano como el testimonio de la sociedad machista que un día nos diera marca mundial y nos vanagloriamos de ser.

 Usted tiene todo para triunfar en su mandato y cuenta con la buena voluntad y la buena vibra de las mujeres trabajadoras de México, de las mujeres del pequeño comercio que con nuestro testimonio de vida le podemos confirmar lo que de todos hoy es sabido: ¡las mujeres sí podemos! #LasMujeresSíPueden #BienvenidaSeaLaPrimeraMujerALaPresidencia

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