José Roberto Fuentes López. En nuestro país llevamos cerca de dos lustros y, a la fecha día a día la inseguridad
esta incontrolable, razón por la cual debíamos cuestionarnos si se ha generado
debido ¿a la frustración por la falta de oportunidades, o a la descomposición
social?; pues el incremento en la inseguridad es verdaderamente alarmante.
Puede atribuirse también a motivos racistas, religiosos, políticos u otros, e incluso
estar planeado con antelación por grupos de interés o producto de falsas
acusaciones.
Pero independientemente de estos señalamientos, se ha
incrementado bajo el pretexto de ejercer la justicia que el Estado no provee.
Sin duda, la causa principal estriba en que el gobierno en sus tres niveles se
encuentra rebasado y solo se dedica a atenderla posterior a los delitos o atracos
cometidos y no realiza investigación o acciones de manera preventiva, lo cual ha
causado el hartazgo ante la impunidad y la falta de justicia en un contexto de
permanente inseguridad y altos niveles de criminalidad.
Y cuando los pueblos la aplican por sus propios medios, llegan a lesionar al nivel
de linchamientos, lo cual sigue evidenciando que hay una profunda crisis de
justicia en México, principalmente en comunidades permanentemente agraviadas,
o son extorsionados y son víctimas de delincuentes y del crimen organizado.
Pero, a diferencia de los linchamientos cometidos por colectividades que se
forman y se disuelven espontáneamente como en los casos de asalto en los
transportes públicos, es común que los linchamientos en poblaciones semi-rurales
o comunidades urbanas, ocurran en medio de pugnas políticas entre gobiernos o
corporaciones policiacas de municipios y estados.
Ante este escenario, es necesario que las autoridades de los 3 órdenes de
gobierno cuenten con un protocolo para su atención mediante respuesta
inmediata, involucrando a todas las fuerzas del orden, sobre todo en entidades
con alta incidencia de casos, y que debe ser uno de los temas prioritarios que los
candidatos deben abordar durante sus campañas políticas.
José Roberto Fuentes López
En general en todo el territorio mexicano se requiere desarrollar capacidades
estatales que permitan desde castigar a todo gobernante o ciudadano prominente
que viola la ley, hasta enfrentar la crisis de inseguridad que se vive en varias
entidades, asegurando que ese poder no sea utilizado arbitrariamente.
En los pasados gobiernos, el Ejecutivo respetaba a quienes conformaban su
coalición política, incluso si violaban la ley, siempre y cuando le fueran leales.
Esto
permitió que se diera un amplio poder discrecional para castigar a sus enemigos y
detractores. Y el actual gobierno de AMLO ha capturado todo el poder, dañando el
avance de la democratización, poniendo en riesgo el futuro de nuestro país.
Los altos índices de criminalidad e inseguridad reflejan un Estado Fallido, a pesar
de tener a todas las fuerzas federales (guardia nacional,
Marina y el Ejército), en
gran parte del territorio nacional, sin embargo, si todos realizamos lo que nos
corresponde, avanzaremos en la construcción de un Estado con fuerza, pero con
pesos y contrapesos, que obligue a los nuevos gobiernos a tomar en serio esta
lamentable descomposición social.
Lo deseable es que los candidatos planteen ante esta imparable inseguridad una
propuesta que vislumbre un mejor escenario. Se atienda y proponga casi de
manera quirúrgica una solución viable en cada entidad territorial del país
En la pasada campaña, López Obrador propuso la amnistía para los
narcotraficantes como un eje articulador de su propuesta de seguridad. situación
que en fecha reciente el congreso lo ha avalado.
Y ante un país inseguro y ensangrentado, la amnistía no resolverá el problema, el
clamor de los mexicanos es que no se nos siga engañando ni experimentando con
la seguridad e integridad del pueblo mexicano y con otros temas que han dañado
el tejido social y se continúe abonando a la descomposición social.
Sus comentarios jrobertofl2021@outlook.com
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