SABERSINFIN- Abel Pérez Rojas. Otra vez estoy en el puesto de periódicos del que me he vuelto cliente asiduo.
Mi trato con el dueño de ese expendio ha llegado a tal nivel de confianza que
tengo abierta una línea de crédito, la cual saldo sin ningún problema cada
quincena
.
Son días previos a lo que poco después se conocería como el Efecto
Tequila, la crisis económica que sumió a México en una debacle financiera
por el llamado “error de diciembre”.
En efecto, es mitad del año 1994, meses antes del proceso devaluatorio de
casi 300% del peso mexicano frente al dólar.
II
Cierro la puerta del modesto departamento, me despojo de la corbata que me
da un toque inevitable de “Godínez”.
Me tiro en la cama para repasar lo que compré como resultado de la adicción
a las novedades literarias que exhiben junto a los entrañables periódicos
impresos.
Un fascículo verde con letras blancas acompañado de un casete se
convertiría en una de mis adquisiciones periódicas favoritas:
El Planeta
Viviente: Un retrato de la Tierra.
Desde el primer momento me cautiva la colección de documentales sobre la
naturaleza, específicamente los relativos a animales; escritos, dirigidos y
presentados por Sir David Frederick Attenborough.
La producción bajo el sello de la BBC tiene varios aciertos, me atrapa la
genialidad de agrupar el comportamiento de varios animales silvestres frente
a situaciones muy específicas, por ejemplo, la construcción de madrigueras o
nidos, la organización para hacer más efectiva la cacería o el ritual previo al
apareamiento.
Inevitablemente vinculo la etología animal con la humana y caigo en cuenta
de los comportamientos similares entre animales y humanos.
—“Indudablemente somos hermanos”, me digo mientras avanzo deleitándome
en los capítulos de la serie ganadora de varios premios.
III
Aborto la intención de presentar un protocolo de investigación que sustente
una metodología dialógica para el desarrollo de comportamientos éticos a
partir de revisar, analizar y reflexionar en torno a materiales audiovisuales de
etología animal.
La tesis es sencilla y clara: los humanos podemos ser verdaderamente
sapiens en la medida que conozcamos, aprendamos e interactuemos
conscientemente con los animales.
Son los primeros años del siglo XXI, están frescos los aportes de La
Educación encierra un tesoro, informe a la UNESCO, trabajo coordinado
por Jacques Delors.
IV
Algo se siente en el ambiente que es característico de estos días.
Están próximos los llamados Días de Muertos, las fechas en que los
mexicanos honran la memoria de sus difuntos.
Para los nacidos en territorio azteca, maya, otomí, tolteca, nuestros difuntos
siempre nos acompañan, nos protegen, nos aconsejan a través de los
sueños, nos procuran y nos aman, pese a las dimensiones que se
interponen entre la materialidad y sus mundos, los de ellos, los de quienes
se nos adelantaron en la transición.
Siento más ese ambiente desde mi querido Tehuacán, visito mi terruño con
motivo de ver el progreso de la iniciativa por la cual con poesía vestimos
paredes de zonas populares.
Estoy entregado a la labor.
Días después me sentiría con cierto sentimiento de culpa por estar distraído
de lo que pasa en el resto del país y del mundo.
Cosa curiosa, me acompaña Etología y caractitud, el libro de los
animales, tomo II, de Salvador Calva Morales.
V
En el Pacífico, Otis mutó en pocas horas de tormenta tropical a huracán
categoría cinco y destrozó gran parte de Guerrero, especialmente
Acapulco.
Las imágenes de las zonas afectadas solo son comparables a las que dejó
en Japón el terremoto y tsunami de 2011.
Miles de afectados sin comida, sin casa, aislados.
Las primeras horas son cruciales, poco a poco llega la primera ayuda.
VI
Inevitable acudir a la etología de los buitres cuando reviso los reportes que
dan cuenta de quienes están lucrando políticamente con el dolor de los
guerrerenses.
Imposible no tener como referencia a las aves de rapiña que pueden
alimentarse casi exclusivamente de carroña, al saber que sobre la desgracia
no faltan quienes se apropian de las donaciones, así como quienes están
saqueando y asaltando a mansalva.
Tengo presente que los buitres se dan un festín cuando encuentran a un
animal mal herido e indefenso, porque ese día no comerán carroña, como
los “sapiens” que se enriquecen con la desgracia ajena.
¡Malditos buitres que están atascándose en Guerrero!
Abel Pérez Rojas (abelpr5@hotmail.com) es escritor y educador permanente. Dirige: Sabersinfin.com
#abelperezrojaspoeta
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