Al minuto

En el umbral de la contienda electoral del 2024

 

Por.José Roberto Fuentes López 
 Una gran mayoría de teóricos, sitúan las causas de la crisis en los resultados propios de las democracias de masas, la sobrecarga de demandas y expectativas que ella alimenta y que debe ser atendida por el Estado.


 Esta situación propicia que los aspectos críticos, se reproduzcan como resultado de la competencia partidista y el pluralismo ideológico. Claro que, la ingobernabilidad no necesariamente es resultante directa de la incompetencia del Estado, sino de los efectos desestabilizadores que se traducen en desencanto político, así como del cúmulo de frustraciones que la ciudadanía termina por acumular.


 La pérdida de confianza en la ciudadanía se acentúa por la actuación circense de los partidos políticos, aunado a las políticas públicas que quedan sin cumplir, frente a una sociedad en constante evolución; así como la falta de atención a la demanda social, es en suma lo que produce estados de ingobernabilidad. 


Y ante la alternancia política que daba cortes de esperanza (morena), se cayó en la desilusión, y tal vez en la desesperanza que otea en la sociedad mexicana; pues no basta escuchar la perorata de la mañanera, ante una crisis como la que hoy padecemos en diferentes áreas en la totalidad del territorio nacional. Con base en resultados, demandamos respuestas prontas y sustentadas a los grandes desafíos que enfrentamos en nuestro país.


 Al tiempo que, para terminar con la apatía, generada por la alta polarización, se requiere del involucramiento de todos los actores políticos, de la sociedad, así como de los sectores productivos, empresarios, trabajadores, académicos e intelectuales y, por supuesto de los medios de comunicación para crear un frente, que permita, con base en nuestras experiencias, ideales, conocimientos e intereses, resolver la problemática que a todos nos atañe.


 Pero cabe preguntarse, ¿quién tendrá o podrá resolver esta alarmante crisis de Estado?, es urgente el replanteamiento de las acciones en seguridad pública, para hacerle frente al crimen organizado, pues debe entenderse que representa un fenómeno multifactorial con diversas expresiones, aparte de la criminal, son de orden económico, social, político, cultural, etc. y que no solo debe combatirse con la fuerza, requiere de la colaboración de la totalidad de los actores políticos y sociales, con un compromiso incondicional, el cual debe refrendar la vocación democrática de la sociedad mexicana. Este respaldo debe atenderse en el ámbito ciudadano por la vía democrática con una amplia participación en las urnas, la cual refleje que la ciudadanía refrende su apuesta por la democracia.


 El saldo rojo en el cual estamos envueltos actualmente en México limita la convivencia democrática, pero también muestra los errores del actual régimen y por supuesto de la clase política, que continúa construyendo clientelas políticas, en vez de formar ciudadanos. Este escenario lamentablemente nos coloca en un riesgo inminente ante la ausencia del Estado, pues como lo señala un clásico de la teoría del Estado Hermann Heller “cuando un poder fáctico desafía con violencia el dominio legítimo del Estado, solamente puede suceder una de dos cosas: o ese poder es destruido por el Estado o éste queda subordinado a quien lo derrota. Pues una vez que se ha llegado al extremo ya no hay otras salidas”, 


Sin duda este axioma al ser analizado por la sociedad genera apatía, rompiendo con sus esperanzas y, en consecuencia, sienten los asuntos públicos, como asuntos de otros, esta actitud sin duda es un mal presagio para el futuro social y democrático de México. La tarea es mantener una democracia sólida, por ello, los mexicanos esperamos que, de frente a la contienda electoral del 2024; el ejecutivo federal ejerza un gobierno para todos y que no siga con su retórica, denostando, vulnerando, ni debilite e inhiba la participación ciudadana. Sus comentarios jrobertofl2021@outlook.com

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