Al minuto

El arte de formar un gabinete

 




¿Sólo para estos gobernantes nos alcanza a los poblanos?

 Los nombramientos del gobernador Sergio Salomón en su gabinete han suscitado diversos comentarios. La gran mayoría no para bien sino todo lo contrario. 


 Me encuentro a un viejo observador de la vida pública en Puebla y sobre el tema me suelta sin ambages: -“El gabinete del gobernador está muy bien,… ¡pero para el ayuntamiento de Tepeaca, eh…!” 


 Aquí se dijo un par de ocasiones que el gobernador merecía el beneficio de la duda. Que la circunstancia en que llegó y su buena fe no estaban a discusión. Que era una oportunidad extraordinaria para hacer un papel muchísimo más que decoroso después de cuatro años de un estilo bárbaro y aldeano. Hoy, los primeros signos, después de una prudente espera de casi tres meses, apuntan muy mal. En los primeros y segundos niveles sus designados están para el llanto.

 En futbol y beisbol, cuando un partido es aburrido, soso, indefinido y seco, los cronistas suelen decir: “estuvo pa’l gato…” Así se ven los primeros pasos y señales. No olvidemos: el hombre es la suma de sus partes. Los compañeros, aliados, socios o amigos retratan el talante del convocante. La conseja popular lo dice de modo coloquial: “dime con quién andas y te diré quién eres”.


 A mi particularmente los títulos profesionales rimbombantes no me dicen gran cosa. En el país hemos tenido egresados de universidades extranjeras cargados de maestrías y doctorados que han fracaso rotundamente en el gobierno.


 Algunos resultaron incompetentes, otros ladrones y unos terminaron en la cárcel. Lozoya, el más célebre, ahí está con su traje a rayas. No obstante, aliento, admiro y reconozco a los esforzados profesionales que a sus méritos académicos añaden integridad. Esa simbiosis es de elevado respeto.


 Otros hay que pudiendo no poseer un certificado académico de alto coturno, tienen sobradas y reconocidas habilidades en una o varias materias. Se distinguen por cualidades brillantes y trayectoria que equivale a experiencia en múltiples saberes. Todo eso, lo sustentan con esa prenda rarísima en nuestro medio y que no suele figurar en las hojas curriculares: un modo honesto de vivir y una escala de valores nutrida en la sobriedad. Invariablemente han antepuesto el ser y echado a la basura el tener. No hay mucho de esto, pero tampoco estamos en un desierto.


 No olvidemos que Puebla, con su variedad de universidades, pocas de ellas con gran calidad, ofrece permanentemente elementos humanos de alta preparación, competencias probadas y honorabilidad solvente. ¿Por qué no buscar en esta riqueza elementos para formar y dar brillo a un gobierno? 



 Designar a un equipo es un arte. Lo primero es no tenerle miedo al talento ajeno. Lo segundo es cruzar información, revisar trayectorias y después brindar la oportunidad y dejar que el elemento capaz trabaje. La norma de Warren Buffet siempre estará vigente:


 “Contrata a los mejores y déjalos hacer lo que saben hacer. Si no, contrata a los más baratos y que hagan lo que tú les dices.” Pareciera que esto último es la única razón de los recientes nombramientos. Algunos casos especialmente mueven a la misericordia, por favor. La Secretaría de Educación es una de las joyas de la corona, o debe ser en todo gobierno.


 Es la que forma al ser humano, la que modela valores y es modelo para la sociedad. Ahí y desde ahí se certifica la calidad educativa de la sociedad. Otorga grados, da títulos, premia el esfuerzo, el talento, lleva la bandera cívica de un cuerpo social. Y, según leo, nombran a una persona distante años luz de todo esto. ¡Qué falta de respeto elemental a la sociedad… qué pésimo mensaje se envía a los gobernados! De hoy en adelante, en cualquier acto educativo que presida el Gobernador, ¿qué les va a decir a los asistentes con ese concepto que tiene de una Secretaría, cuya titular es de una formación muy elemental, ninguna experiencia en semejante reto, y sin licencia para la profesión que ostenta? ¿Con qué ojos divino tuerto…?


 La dama misma de todos mis respetos, ¿se puede erigir legítimamente como modelo del esfuerzo que tiene encomendado encabezar? Otros casos hay de funcionarios, cuyo pasado está muy presente en el listado de negativos.


 Pero el referido nombramiento más relevante, sin duda obliga al gobernador a rectificar. Es de humanos errar. Y de herreros herrar. Es francamente grave, por impresentable en cuanto a mínimos de calidad y ética, emprender un gobierno con esta clase de mensajes tan rudimentarios. Es muy aldeano emprender, así las cosas.


 ¿Con estas armas, con estas credenciales, se puede llevar a Puebla a los sitios y retos que merece una sociedad como la nuestra? Puebla es un estado de un gran nivel y orgullo.


 Su lugar en la historia de ayer y su vigoroso papel en la sociedad de hoy, le deparan un sitio exitoso en el futuro que se construye ahora precisamente. ¿Con estos cuadros vamos a competir? Vemos un severo retroceso en los días que corren. El gobernante, como lo hizo Juárez, no debe tenerle miedo al talento.


El gabinete juarista estuvo formado por mentes brillantes y comprometidas, algunos inclusive con cierto grado de superioridad a él, pero fue él quien siempre tomó las decisiones. Ahí reside el arte del liderazgo. xgt49@yahoo.com.mx

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