Al minuto

CAMBIO Fernando Vázquez Rigada

 


 Los proyectos políticos mueren de exclusión. Morena llegó al poder con 32 millones de votos. Ya perdió 12. Quizá pierda más en los 15 meses que restan para la elección. Pero no lo ven.
 El mandamás de Morena llama a la continuidad sin desvíos. Veremos si la mayoría de la población quiere eso o un cambio.


 El plano primario de una elección es siempre ese: continuidad o cambio. Los estrategas de Morena basan sus cálculos en la aprobación. Tienen un punto.


 Pero creo que pierden otro: más que aprobación a un gobierno, es a una persona. Por lo mismo, más que respaldo a una gestión es popularidad. Es, pues, a una persona. Cuando esa persona no esté en la ecuación, ¿qué pasará? Y otra: no es lo mismo Chana que Juana. ¿Ven a alguien con el arrastre del presidente? Yo no.

 La elección del 24 definirá si le alcanza a Morena para ganar con sus clientelas. Son fuertes. Pero hay al menos 3 grandes sectores de excluidos que no son pequeños: son enormes. Primero, las mujeres.


 Ignorar el drama de ser mujer en México es inaceptable: despreciarlas —como ha hecho este gobierno— citando a Fouché, no sólo es una estupidez: es un crimen. Esa mitad de la población va a definir la elección. ¿Por quién votarán?


 Seguro no por quienes por décadas convirtieron la suerte de nacer mujer en un infierno. Pero tampoco creo que voten por quien les quitó refugios, estancias infantiles, escuelas de tiempo completo, la administración del dinero de los apoyos sociales, vacunas a sus hijos o el tamiz neonatal. Morena tiene el problema de que quien manda y define todo no quiere desviaciones. Zigzagueos, dice. 



Reponer dignidad a las mujeres es imposible si no parte de una autocrítica. Y estos años han sido para las mujeres malos, muy malos. Ahí está el fermento de un voto opositor: generar una genuina agenda de género que garantice justicia y equidad. Lograrlo no es sencillo, porque enderezar el rumbo implica frenar el drama que se da tras las puertas de los hogares. Meterse a recomponer un entorno: de la familia a la colonia, de la escuela al trabajo y del reconocimiento al trabajo en casa a redes de justicia. Ni modo: hay que hacerlo. La segunda gran porción de excluidos son las clases medias. Ofendidas, atacadas, acorraladas. La clase media está en peligro de extinción porque Morena, otra vez, la desprecia.

 Su fuerza ya se vio en 130 ciudades. No es poca ni es menor. Si la historia no se aprende, no sirve leerla. La clase media es muchas cosas, pero, entre otras, una que es central hoy: es un semillero de liderazgos.


 Otra vez, ahí está la agenda del cambio. Ampliar el acceso a la educación media, reformar la superior, abrir el mercado laboral, incrementar los ingresos, revalorar el trabajo técnico, generar un país de emprendedores, conectar con los socios comerciales. Ahí está la agenda y es opositora. Morena ya se ha definido. Es enemiga de la clase media. El tercer gran segmento son las víctimas. Es el México del luto y del dolor. Víctimas somos (casi) todas y todos. Del crimen, sí. 


Pero sobre todo de la injusticia. Injusto es que 1.2 millones de personas de un país de 126 millones, concentren más de la mitad de la riqueza de todo el país. Los más ricos de México, con ingresos de más de 500 millones de pesos anuales, pagaron el equivalente al 0.03% de la recaudación de impuestos.


 Las empresas más grandes pagaron en 2021 tasas de entre 1 y 8%. Mientras disfrutan de su paraíso, el Estado invierte menos en salud y en educación que hace una década. Tenemos la más baja inversión en obra pública del siglo.


 ¿Se vale? Víctima es no tener acceso a la salud. A que cancelen las consultas. O a que diagnostiquen, pero no curen porque no hay medicinas. Por eso en la pandemia 7 de cada 10 mexicanos tuvieron que pagar atención médica privada y 2 de cada 10 se atendieron en un consultorio de farmacia. 


No fue por gusto, sino por necesidad. Víctimas son casi 30 millones de mexicanos que no tienen para comer. 880 mil niños con desnutrición crónica. E injusto es que en este gobierno se hayan robado 15 mil millones de pesos de Segalmex: el organismo para dar de comer a los más pobres y que quede impune el responsable.


 Esa es la tercera oferta de cambio: recuperar la solidaridad. Necesitamos urgentemente un plan nacional de rescate a quienes están muriendo de hambre, de necesidad, de enfermedad sin medicina, de falta de protección. ¿Continuidad o cambio? Apuesto por el cambio. ¿Usted? @fvazquezrig

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