Al minuto

Nuestra Carta Magna.

 





Por.José Roberto Fuentes López.

Como cada año, el cinco de febrero es una fecha cívica y de gran significado para los mexicanos, esta celebración destaca la importancia de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; es el documento legal donde se plasman los derechos y obligaciones de ciudadanos y gobernantes.
 En la historia de nuestro país hemos tenido varias constituciones, las dos últimas fueron aceptadas y promulgadas, un 5 de febrero, la primera en 1857 y la última en 1917; razón por la cual se declaró, como el Día de la Constitución Mexicana. Actualmente nos continúa rigiendo la de 1917, la cual surgió de las reformas realizadas a la de 1857, incorporando artículos de los ideales de la Revolución Mexicana. 


Nuestra Carta Magna ha estado vigente durante 106 años, sin embargo, diversos planteamientos no logran concretarse en hechos tangibles, las dos importantes Constituciones de México que fueron obra de revoluciones en las cuales los partidos triunfantes eran portadores de un proyecto de nación que se proponía cambiar, para mejorar la situación existente. 


 Nuestras constituciones pasadas no resultaron de pequeños grupos, sino de cambios profundos en la sociedad y del acuerdo entre fuerzas políticas que reconocían la importancia de los cambios. Fueron documentos que apuntaban más al futuro que al presente y el pasado, expresiones de ideales más que esfuerzo para codificar lo existente.


 Fueron, también, leyes promulgadas por los vencedores haciendo a un lado las posiciones de los vencidos. Claro es que la situación actual es radicalmente distinta, pues mediante un largo proceso de reforma; nadie posee hoy un proyecto ideal de país por el cual esté dispuesto a luchar hasta el final, como los partidarios del liberalismo o el nacionalismo revolucionario.

 Más aun cuando, ante el escenario de violencia e inseguridad, el ejecutivo federal no plantea políticas públicas, que atiendan a la sociedad, pues día a día va en incremento este tema que parece imparable y; sin estrategias sólidas, amenaza con seguir ascendiendo en el actual gobierno. 


 Y para atender y dar respuesta a los compromisos propuestos al inicio de la actual administración, se requiere ejercer un gobierno con sensibilidad, rostro humano y una sólida vocación de servicio y la visión de un Estadista para la totalidad de los mexicanos. Lamentablemente hoy sólo hay ideas cuyas líneas definitorias son difíciles de percibir, no hay acuerdos ni consensos, mucho menos claridad en el pensamiento crítico, político e ideológico; solo señalamientos que determina y propone el ejecutivo, para que se ejecuten por el poder legislativo sin cambiar una sola coma. Pues si bien es cierto que los movimientos sociales obligan a cambiar mentalidades, su propia dinámica orienta la eficiencia gubernamental; pues con los acuerdos y la pluralidad se tiene que construir la verdadera democracia, y no solo en las urnas, pues la credibilidad va asociada a la capacidad de respuesta. 

 En esta perspectiva, la preservación de soberanía e independencia no depende de la defensa del territorio sino del modelo económico e institucional, de la legitimidad de los gobernantes, de la legalidad, de adecuados niveles de desarrollo educativo, científico, tecnológico y cultural. Lamentablemente al no llevarse a cabo, vislumbra una situación pantanosa en la cual intereses del pasado y el presente se entretejen en la gobernanza, para poder conservar los privilegios y gozar de impunidad; lo cual hace que en muchos casos se viole de manera frecuente nuestra carta magna. Sus comentarios jrobertofl2021@outlook.com

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