Al iniciar su mandato constitucional, López Obrador enfatizaba de manera tajante que “México necesita un nuevo rumbo” expresión que atrajo a la sociedad mexicana donde la mayoría de los mexicanos externaban que era necesario y, que el cambio de gobierno vislumbraba un futuro promisorio para el país.
Sin embargo, la lista sobre los temas que afectan el desarrollo del país y, como apunte en mi pasada contribución, se acrecientan, sin tener una respuesta clara y objetiva del ejecutivo federal, quien a pesar de su popularidad; no quiere asumir la realidad para corregir el rumbo y no llevarnos al despeñadero.
Lamentable violencia, criminalidad, narcotráfico, secuestros, masacres, desapariciones, etc., vienen desatando acciones violentas que reflejan el hartazgo que ocasiona la impunidad. !!!el reclamo social se está multiplicando!!!, el cual debe ser resuelto de manera inmediata.
Por tal razón es necesario elaborar una agenda con acciones y compromisos concretos, que se evalúen y sean medibles, para cambiar de fondo a nuestro país y evitar que esta situación continúe sin la respuesta institucional, para detener esta grave crisis que enfrenta el Estado Mexicano.
Es cierto que la sociedad no puede ni debe permanecer inmóvil ante estos escenarios dantescos. Sin embargo, las manifestaciones o reclamos deben realizarse de manera pacífica y por los cauces del respeto a los derechos de todos.
Para de esta forma evitar que la indignación sucumba en la intolerancia de los grupos violentos que emergen de la clandestinidad; ello requiere inteligencia y objetividad en las acciones de gobierno, en el corto, mediano y largo plazo, para enfrentar esta difícil situación.
Por ello el proceso de federalización que se estableció en nuestro país, determina la relación, las competencias y jurisdicciones municipal, estatal y federal para multiplicar los beneficios del esfuerzo nacional.
Situación que permite que la sociedad participe como sujeto activo de su propio desarrollo; y es precisamente en ese marco donde el gobierno debe ser el facilitador para encausar a la sociedad a participar de manera dinámica en la promoción de sus intereses.
No hay que dejar de lado la historia de nuestro país, los brotes de ingobernabilidad se han suscitado por falta de apoyos o de tacto político, en ciertas regiones; en la actualidad, los vacíos de autoridad, que entre otras condiciones han permitido ampliar los negocios ilícitos y otro tipo de problemas, han lesionado la estructura social, debilitado al Estado Mexicano, aunado insisto, a la falta de oportunidades, el incremento en la delincuencia y la impunidad.
No se puede hablar de progreso cuando existe desigualdad y exclusión, en medio de la ignorancia y las muertes evitables, tampoco la sociedad puede prosperar ni vivir en paz con los niveles de inseguridad que nos afectan.
Los problemas, históricos y los derivados del propio proceso de modernización, no tienen solución si seguimos por el mismo camino, si no se efectúan reformas de fondo; si no se ponen en práctica políticas alternativas, si no se imagina y define de manera clara y no solo de ocurrencias un nuevo proyecto nacional.
“El “nuevo rumbo” que México requiere, es el de la legalidad, donde el Estado de derecho sea para todos. Que no se necesite dinero para acceder a la justicia. Que ser funcionario no sea sinónimo de impunidad ni corrupción.
Que no se afecte a terceros para promover una causa o denunciar una arbitrariedad, por muy justas que sean la causa y la denuncia”. Como jefe de Estado López Orador es el único responsable de instrumentar acciones, mediante la política pública que fortalezcan el Estado de Derecho y, dar pronta atención al imperio de la impunidad y la injusticia. Sus comentarios jrobertofl2021@outlook.com
Publicar un comentario