Por .José Roberto Fuentes López.
A sus 97 años de vida, el Maestro Marco Aurelio Barocio Lozano; es importante destacar que, durante su trayectoria profesional y académica, formo a los profesionales de la construcción y desarrollo importantes obras públicas, siendo estas la base para el desarrollo y modernización de nuestra Ciudad Capital y en la Entidad Poblana.
El origen de la ingeniería se genera en la milicia. Carlos Chanfón Olmos, señala “el término ingeniero se deriva de la palabra ingenio, la cual en latín clásico tenía una doble significación, ya que podía definir tanto el talento o la capacidad creativa como un aparato o artificio mecánico”.
En la nueva España, con los mineros, en 1792 egresan los peritos facultativos de minas y, posteriormente los primeros ingenieros civiles.
En 1822, durante el México independiente el Colegio Militar inicia la formación de los nuevos cuadros
Siguiendo el curso de la historia, en Puebla la carrera de ingenieros arquitectos fue del periodo 1893 a 1898 y; en 1953 se gestiona la formalización de la carrera de arquitectura en la Universidad Autónoma de Puebla, la cual fue promovida por destacados profesionales entre otros por +Miguel Pavón Rivero y los ingenieros militares +Enrique Estrada Cuesta y Marco Aurelio Barocio.
Marco Aurelio Barocio Lozano nace en Tampico Tamaulipas, en el mes de octubre de 1925, se trasladó a Puerto México
(hoy, Coatzacoalcos), Veracruz, en 1932 en la capital del país, cursa la primaria en la escuela Fray Bartolomé de las Casas, en la Escuela Secundaria núm. 4 (antiguo “Mascarones”) en la Escuela Nacional Preparatoria de la UNAM y su carrera de Ingeniero Militar Constructor en el Heroico Colegio Militar (1944-1950), con el grado de Teniente Ingeniero Militar Constructor otorgado por el H. Colegio Militar.
Inició su trabajo en 1951, en las ciudades de Irapuato, Guanajuato, y Cuernavaca, Morelos,
en 1952 lo trasladan a la ciudad de Puebla; en el periodo gubernamental del general Rafael Ávila Camacho, colabora como ingeniero en la dirección de obras públicas del gobierno del estado; es nombrado jefe de ingenieros, subdirector de obras públicas y director de obras públicas de la misma entidad federativa por designación de don Fausto M. Ortega, gobernador constitucional del estado de Puebla,
quien también por instrucciones del gobernador Ortega, en 1959 organizó el departamento técnico de la Junta de Mejoramiento Moral, Cívico y Material del Municipio de Puebla, cargo que ocupó hasta 1976.
Marco Aurelio Barocio realizó diversos proyectos de construcción en instituciones educativas en el estado, entre ellos,
la construcción del Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec en 1955, destacan sus edificios escolares, la pista verde y la alberca olímpica, la cual se inauguró el día 2 de febrero de 1957 con una exhibición del clavadista olímpico Joaquín Capilla.
Participó en la elaboración del primer Plan General de Mejoramiento y Desarrollo Urbano de la capital poblana, en los proyectos, dirección y supervisión de las “obras de defensa” contra avenidas de las barrancas que confluían al río de San Francisco y, de entubar el río de San Francisco y el Arroyo de Xonaca.
En 1953 fue invitado a ser profesor en la Escuela de Ingeniería Civil de la UAP, en 1956 fundador de la Escuela de Arquitectura UAP, siendo uno de los docentes que impartieron catedra por varios años sin cobrar.
Ejecuto obras deportivas (como el proyecto Club Alpha 3), edificios religiosos (entre ellos, el Seminario Mayor), etc.
Sin duda, su entrega, disciplina, profesionalismo y ética le han hecho acreedor a innumerables reconocimientos y premios.
Desde este modesto espacio de opinión, sus amigos, le enviamos un abrazo fraterno al diligente, caballeroso y gran Ser Humano Ingeniero Marco Aurelio Barocio Lozano, en su 97 aniversario de vida.
Agradezco a la Dra. Ma. Cristina Valerdi N., la información contenida en el Libro Ingenieros de profesión, arquitectos de vocación Veinticinco protagonistas en la arquitectura mexicana del siglo XX, bajo la coordinación de Iván San Martín Córdova primera edición: noviembre 2020. Facultad de Arquitectura de la UNAM. Como sustento para realizar esta columna de opinión.
Sus comentarios jrobertofl2021@outlook.com
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