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1º. De Mayo, Día del Trabajo “depreciado” Derecho a la explotación ü 40 millones de mexicanos

 

 tuvieron que migrar a Estados Unidos para encontrar trabajo, 35 millones ocupan en la informalidad, 3 millones sufren el desempleo y solo 22 millones han encontrado empleo formal. ü Una jornada de 8 de trabajo en Estados Unidos se paga a $2,400; en Canadá a $2,048 y en Mexico a $200 pesos. 

Esta es la precarización laboral que padecen los mexicanos y monumento de nuestra pobreza. ü Falta mucho por hacer para hacer valer el principio universal de justicia social: 



A trabajo igual, salario igual. Nuestra disyuntiva: entre la exclusión del desempleo y el derecho a ser explotados. CDMX a 25 de abril del 2022.- 136 años han pasado desde la huelga de los mártires de Chicago que luchaban por el establecimiento de una jornada laboral de 8 horas. La celebración del Día internacional del Trabajo se dará en malas condiciones, ya que una de las principales secuelas de la pandemia de Covid es el desempleo y la precarización laboral, que no otra cosa que trabajo mal pagado. Millones de empleos se perdieron en esta emergencia sanitaria, se han logrado recuperar subempleos con jornadas extenuantes de menor utilidad.



 “Otra grave secuela que nos hereda el covid es la de la inflación que ha elevado los precios de los alimentos y llevado a la inseguridad alimentaria a 7 de cada 10 mexicanos al hacerlos conocer el hambre y la desnutrición y poner en riesgo su salud al abaratar la calidad de su ingesta y digesta. Los alimentos y servicios han incrementado su precio en un 16% en el último año y, en más de un 35% en lo que va de la pandemia, gravísimo golpe a la zona hepática del tan anhelado bienestar nacional”, declaró Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC). Cuanta razón tuvo Alfonso Reyes al describir a nuestro país con una frase lapidaria: “Mexico, un país surrealista”. 



¿Por qué viene a cuento lo anterior? Hagamos simples matemáticas: de los 167 millones de mexicanos, 40 millones tuvieron que migrar a Estados Unidos para encontrar trabajo y dar manutención a sus familias; 35 millones más se hacen vivir con un trabajo informal; solo 22 millones han logrado obtener un trabajo formal; sin dejar de contar los 3 millones que se encuentran desempleados. Así está ocupada la población económicamente activa de nuestro país. Otro hecho que explica de manera contundente la “depreciación” que sufre el capital de trabajo en nuestro país, que le ha valido el triste y vergonzoso epíteto de ser un territorio de mano de obra barata, es la diferencia abismal que existe entre los salarios que se pagan en Norteamérica (Canada, Estados Unidos y Mexico).



 En Estados Unidos se paga la hora trabajada a 15 dólares promedio, por lo que un trabajador estadounidense gana mínimamente en una jornada de 8 horas 120 dólares ($2,400 pesos mexicanos); en tanto, en Canadá la hora se paga a 16 dólares equivalentes a $2,048 pesos. Con 10 dólares diarios, ¿qué calidad de vida puede ofrecer un trabajador mexicano a sus familias? ¿5 personas pueden comer con 200 pesos diarios? Obviamente no.



 Esta es la dimensión de nuestra pobreza. Mucho falta por hacer para honrar el principio de justicia social: “a trabajo igual, salario igual”. El TMEC (TLC2.0) pretende establecer este principio en la industria automotriz más por buscar recuperar los empleos fugados de esta industria, de Estados Unidos a México, que por establecer justicia salarial. “Al mundo entero le urge reactivar sus economías y recuperar fuentes de empleo bien pagadas; esto solo se logrará con “nuevas inversiones”. Aquí la paradoja de nuestros tiempos a la luz de esta celebración histórica: en el siglo XIX a contrapelo de la revolución industrial se luchó contra la explotación del hombre por el hombre; ahora, luchamos por inversiones para hacer valer el derecho a ser explotados, ya que con ellas se crean nuevos empleos, todo menos estar desempleados, sin ingresos, excluidos”, señaló Rivera. El hombre se debate entre la explotación y la exclusión; ser explotado es tener nombre y apellido; ser excluido es no existir. 


Para sacar de la pobreza a los más de 60 millones de mexicanos se requiere de empleos, lo mejor pagados posible. El horno no está para bollos, la recesión que vivimos por la pandemia es un hoyo negro que para salir de él se requerirá de mucho trabajo nuevo; no debemos ponernos nuestros moños; la gente busca certidumbre, solo se logrará al poner en marcha nuestra economía con el mayor número de inversiones posibles. Las familias requieren de ingresos para una digna manutención y poder continuar el viaje de la vida.




 La disyuntiva de la celebración de este Día del Trabajo en Mexico está entre el desempleo (subempleo informal) y/o hacer valer el derecho a ser explotado con un trabajo formal. Debemos estar seguros que daremos vuelta a la tortilla y volverán los días de exigir Justicia Salarial. #ATrabajoIgualSalarioIgual #AntesQueSerExcluidosExplotados Zona de los archivos adjuntos

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