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El telescopio NICER de la NASA observa por primera vez la fusión de puntos calientes en un núcleo



 estelar supermagnetizado. El telescopio siguió la trayectoria de tres brillantes puntos calientes que emiten rayos X y "se desplazan lentamente por la superficie del objeto a la vez que disminuyen de tamaño, proporcionando la mejor visión hasta ahora de este fenómeno", explicaron los investigadores. 


l telescopio NICER de la NASA observa por primera vez la fusión de puntos calientes en un núcleo estelar supermagnetizado (VIDEO) Captura de pantalla NASA's Goddard Space Flight Center La NASA comunicó este martes que su telescopio Neutron Star Interior Composition Explorer (NICER) logró observar por primera vez la fusión de puntos de rayos X de varios millones de grados en la superficie de un magnetar, un núcleo estelar supermagnetizado y no mayor que una ciudad. El NICER, instalado en la Estación Espacial Internacional (EEI), siguió la trayectoria de tres brillantes puntos calientes que emiten rayos X y "se desplazan lentamente por la superficie del objeto, a la vez que disminuyen de tamaño, proporcionando la mejor visión hasta ahora de este fenómeno", afirmó George Younes, investigador de la Universidad George Washington y del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la agencia espacial de EE.UU


. "La mancha más grande acabó fusionándose con otra más pequeña, algo que no habíamos visto antes", añadió. Según explicaron los investigadores, un magnetar es un tipo de estrella de neutrones aislada, con un núcleo aplastado que queda tras la explosión de una estrella masiva. Al comprimir más masa que la del Sol en una bola de unos 20 kilómetros de diámetro, una estrella de neutrones está hecha de materia tan densa que una cucharadita pesaría tanto como una montaña en la Tierra. Lo que distingue a los magnetares es que presentan los campos magnéticos más potentes que se conocen, hasta 10 billones de veces más intensos que los de un imán de nevera y mil veces más fuertes que los de una típica estrella de neutrones. Ese campo magnético representa un enorme almacén de energía que, cuando se ve perturbado, es capaz de generar un estallido de actividad de rayos X que puede durar desde meses hasta años. ¿Cómo se realizó el descubrimiento? El 10 de octubre de 2020, el observatorio espacial Swift Neil Gehrels de la NASA descubrió un estallido de ese tipo en un nuevo magnetar, llamado SGR 1830-0645 (SGR 1830), que se encuentra en la constelación de Scutum. Aunque su distancia no se conoce con precisión, los astrónomos estiman que el objeto se encuentra a unos 13.000 años luz con respecto a la Tierra.



 La agencia espacial explicó que el satélite dirigió su telescopio de rayos X hacia la fuente, detectando pulsos repetidos que revelaron que el objeto giraba cada 10,4 segundos. Mientras, las mediciones del NICER del mismo día mostraron que la emisión de rayos X presentaba tres picos cercanos con cada rotación. Estos picos se produjeron cuando tres regiones particulares de la superficie, mucho más calientes que su entorno, entraron y salieron de nuestra vista, detalló la NASA. Los científicos señalaron que el telescopio de la EEI observó el SGR 1830 casi a diario desde su descubrimiento hasta el 17 de noviembre, fecha en la que el Sol estaba demasiado cerca del campo de visión para una observación segura. Durante ese periodo, los picos de emisión se desplazaron gradualmente, ocurriendo en momentos ligeramente diferentes de la rotación del magnetar. Los resultados favorecen un modelo en el que las manchas se forman y se mueven como resultado del movimiento de la corteza estelar, del mismo modo que el movimiento de las placas tectónicas en la Tierra impulsa la actividad sísmica, agregaron. "La corteza de una estrella de neutrones es inmensamente fuerte, pero el intenso campo magnético de un magnetar puede tensarla más allá de sus límites", explicó Sam Lander, astrofísico de la Universidad de East Anglia (Reino Unido) y coautor del estudio, publicado recientemente en la revista The Astrophysical Journal Letters. "Entender este proceso es un gran reto para los teóricos, y ahora el NICER y el SGR 1830 nos han aportado una visión mucho más directa de cómo se comporta la corteza bajo una tensión extrema", concluyó. Los investigadores creen que estas observaciones revelan una única región activa en la que la corteza se ha fundido parcialmente, deformándose lentamente bajo tensión magnética. Los tres puntos calientes en movimiento probablemente representan lugares donde los bucles coronales (similares a los arcos de plasma brillantes que se ven en el Sol) se conectan con la superficie. La interacción entre los bucles y el movimiento de la corteza impulsa el comportamiento de deriva y fusión. Si te ha gustado, ¡compártelo con tus amigos!

RT

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