José Luis Camacho Acevedo ¿Pero que necesidad? El presidente Andrés Manuel López Obrador se desgasta en temas que no deberían tomar no solo robar mucha de su atención, no tendría que estar siendo señalado por grupos feministas, que en muchas ocasiones son utilizados por la oposición muy a pesar de las mujeres para atacar a la oposición. Me refiero al tema de Pedro Salmerón, quien tiene señalamientos de acoso sexual y hace unos días puso a su disposición la declinación de su nombramiento como embajador de México en Panamá.
Y es que, durante la conferencia de prensa matutina del pasado martes, el mandatario reveló que recibió una carta del historiador, en la que además de agradecer su amistad, Salmerón afirma que la propuesta de nombrarlo representante de México en el país centroamericano desató “un linchamiento mediático contra su persona”, por lo que le ofrece dar un “paso de costado”.
Esto, después de que la canciller panameña Erika Mouynes solicitará al Gobierno de México no enviar la solicitud de beneplácito a su gobierno, para nombrar a Pedro Salmerón como embajador mexicano en su país.
Ante lo cual, el presidente López Obrador respondió lo siguiente: “resulta que lo propusimos para embajador en Panamá y, como si fuese la Santa Inquisición, la ministra o canciller de Panamá se inconformó y nos pidió que no enviáramos la solicitud de beneplácito.
Lo lamento muchísimo”. Y no podían faltar quienes salieran a la defensa de la canciller, pero no solo fueron feministas, también ya se sumó el expresidente de Panamá Ernesto Pérez Balladares arremetió contra López Obrador, por su proceder tras el rechazo de Salmerón como embajador en ese país "es infantil", y afirmó que "más nos necesita México a nosotros que nosotros a México".
¡Qué necesidad! Es verdad que es un despropósito desgastarse por este tipo de temas, pero algunos ya andan asegurando que la renuncia de Pedro Salmerón a ser postulado embajador en Panamá, es una de las mayores derrotas políticas del presidente. Quienes lo hacen parecer ignorar o pretenden hacer a un lado todas las crisis que el primer mandatario ha sorteado, y sí de algunas no ha salido victorioso.
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