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Fauna Política Impunidad y olvido Por Rodolfo Herrera Charolet

 

 El chisme es el chisme y se dice que cuando el rio suena es porque agua lleva. Pues resulta que tras las declaraciones en contra del gobernador Miguel Barbosa (que no es extraño) difundidas por el ex presidente municipal de Cholula, José Juan Espinosa Torres. Debió darse a la fuga, por instrucciones de la Secretaría de Gobernación federal, Olga Sánchez Cordero, quien le recomendó “pelarse” porque el largo brazo de la ley poblana, va tras sus huesos. Desde luego que este es el rumor, chisme o comentario de fuentes cercanas a la ex pareja cholulteca (también se afirma esto porque se habla de su divorcio, ocurrido ya hace algún tiempo). Así que entre chismes la verdad se asoma. Sin duda la relación y contacto de la senadora Nancy de la Sierra, esposa o ex esposa de José Juan Espinosa Torres, pudo haber influido para que fuera atendido en las oficinas de la titular de la Secretaría de Gobernación.


 Lo importante del asunto no es si Espinosa Torres utilizó el cargo de presidente municipal para enriquecerse, lo lamentable e importante es que hubo personas que sabiéndolo o comprobándolo, permitieron que esto ocurriera. Entre los culpables deben señalarse a los regidores que aprobaron a ciegas sus cuentas públicas, así que en caso de desfalco las autoridades estatales y federales deberán de realizar las indagatorias correspondientes, a fin de deslindar responsabilidades. Otros cómplices directos e indirectos son los funcionarios públicos (llamados servidores públicos) que se prestaron para realizar las presuntas fechorías.



 También serán culpables, aquellos supuestos proveedores que otorgaron las facturas apócrifas, por medio de las cuales justificaron desembolsos del erario y que fueron a parar a los bolsillos del inculpado. Al respecto son más de 200 empresas que ya son investigadas y que se presumen “fantasmas”.


 La mayor complicidad reside en las autoridades, que deben investigar los hechos, no obstante de las innumerables denuncias que fueron presentadas, inclusive aquellas que fueron realizadas ante el Sistema de Administración Tributaria, como consta en documentos oficiales. Sin embargo las autoridades hicieron caso omiso a dichas denuncias, permitiendo que la impunidad y olvido perdurará. Los dirigentes de los partidos hicieron oídos sordos a los actos de corrupción, sin embargo los postularon como candidatos, quienes con la ola lopezobradorista, alcanzaron el triunfo. Sin embargo, entre este mar de corrupción, lucha de cerdos contra marranos, existe una tenue luz de esperanza, que el gobernador Barbosa mantenga el pulso firme y en su caso permita que las autoridades apliquen la ley. Se dice que Benito Juárez, un hombre sabio de su tiempo, afirmó que “A los amigos, justicia y gracia; a los enemigos, la ley a secas”.

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