De conformidad con el gurú de la desgracia, el gobernador no concluirá su mandato. La enfermedad galopante y no los dichos sobre su posible participación en el Pemexgate, será el motivo de su retiro como máximo gobernante poblano.
Desde el inicio de la actual administración la desgracia ha recaído en quienes logran el ansiado lugar. Una fatalidad que ha provocado que Puebla tendrá, en este caso, 9 gobernadores en 10 años, incluyendo a Melquiades Morales Flores quien dejó el poder en el año 2011. Esto si la separación del actual gobernador ocurre antes del próximo 14 de diciembre, lo cual provocaría que el Secretario de Gobernación se encargue del despacho, el congreso designe al gobernador interino y convoque a elecciones para otro gobernador.
De ocurrir la separación después del día 14, los poblanos nos ahorraríamos las elecciones y los actuales diputados designarían al gobernador sustituto para que concluya el periodo constitucional.
Aun cuando el actual gobernador ha dicho que goza de salud, pese a que sus detractores lo dan por muerto antes de su mandato, lo cierto es que su estado de salud no es el idóneo y el ejercicio del poder lo desgasta más cada día.
El escenario que aquí se plantea, nos lleva a estudiar las repercusiones económicas, políticas y sociales de otro cambio de gabinete y por lo consiguiente de cambios en los criterios de las políticas públicas. Un tema delicado y serio, que debe ser ponderado. Lo más conveniente, es por lo tanto, que de haber un cambio de ejecutivo del Estado, este ocurra después del 14 de diciembre próximo, esperando que de ocurrir, se dé por una separación voluntaria y no por fatal consecuencia.
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