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Las graves consecuencias del dióxido de cloro en Argentina





dos muertes en 15 días y una periodista denunciada por promover su consumo

Viviana Canosa bebió en su programa CDS, una sustancia que está prohibida por las autoridades y que es promocionada como supuesta cura contra el coronavirus. Un niño de 5 años y un adulto de 51 fallecieron tras ingerirlo.

Viviana Canosa
instagram.com/vivianacanosaok
Un niño de cinco años murió la semana pasada en la provincia argentina de Neuquén tras consumir dióxido de cloro (CDS), una sustancia que es promocionada falsamente como cura del coronavirus y otras enfermedades. El también llamado 'Medicamento Mineral Milagroso (MMS)' ya fue desautorizado a nivel mundial por todos los organismos de salud, por su toxicidad y efectos adversos en el organismo.

Tras el hecho, la periodista Viviana Canosa fue denunciada ante la Justicia por haber ingerido la sustancia en vivo durante el programa de televisión que conduce, en el canal 9 de Argentina, manifestando que "oxigena la sangre". Se la acusa de haber cometido un delito contra la salud pública, al haber promovido su uso desde un medio masivo de comunicación, el pasado 5 de agosto.

El artículo 208 del código penal argentino castiga con prisión de quince días a un año al que, 'sin título ni autorización, anunciare, prescribiere, administrare o aplicare habitualmente medicamentos (...), o cualquier medio destinado al tratamiento de las enfermedades de las personas, aun a título gratuito'.


Por el caso, los padres del menor, quienes le suministraron la sustancia, son investigados bajo la carátula de 'muerte dudosa', mientras se aguardan resultados de los estudios toxicológicos ordenados por la fiscal Sandra Riuxo. La autopsia realizada sobre el cuerpo del niño reveló que su deceso se produjo debido a un una 'falla multiorgánica', y confirmó que no tenía covid-19.

El diputado nacional por Neuquén Mariano Mansilla, quien presentó la denuncia contra la periodista, explicó en diálogo con RT que no se acusa a Canosa por el fallecimiento, sino por anunciar al CDS como un producto benéfico para la sangre, sin tener título de médica, y en una situación donde la población está "ávida de cuidar a sus hijos con cierta desesperación", buscando, en el peor de los casos, "remedios milagrosos" para protegerse.

"Esto nos hizo alertarnos de la importancia de que se difunda lo dañino que es este producto, que no tiene ningún beneficio para la salud y que es un veneno para el organismo humano. Se trata de un producto químico para uso industrial que nada tiene que ver con los tratamientos de salud", explicó el legislador del gobernante Frente de Todos.

A pesar de las advertencias emitidas por el Ministerio de Salud; la Administración Nacional de Medicamentos Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), un ente que regula la seguridad de los productos a la venta; y organismos sanitarios internacionales, se han registrado en el país al menos dos fallecimientos por ingesta de dióxido de cloro en los últimos 15 días.


Un hombre muestra una botella de dióxido de cloro que compró en un bazar en La Paz, Bolivia, el sábado 8 de agosto de 2020.
Juan Karita / AP
Además del menor de Neuquén, un hombre del distrito norteño de San Pedro, Jujuy, de 51 años, bebió dióxido de cloro creyendo que con ello aliviaría una profunda neumonía que le aquejaba. Sumido en la angustia, al ver que el cuadro se agravaba, Juan Andrés Ríos bebió un litro y medio del producto durante dos días, siguiendo los consejos de un vecino que recomendaba su uso a través de las redes sociales. En su caso, no llegó a comprobarse si estaba contagiado de coronavirus.

Familiares del hombre fallecido reconocieron que consumió la sustancia por su propia voluntad: "Mi hermano no sabía si tenía o no coronavirus pero presentaba los síntomas. En la desesperación por curarse, tomó dióxido de cloro. Nadie lo obligó, pero tomó la decisión tras ver un video que decía que curaba el coronavirus", dijo Gloria Ríos a Radio 10. Horas después, el paciente presentó un fuerte cuadro de vómitos y cólicos hasta que falleció, el martes 11 de agosto.

Toxicidad y efectos adversos
El Ministerio de Salud emitió el día 4 del mismo mes un comunicado en el que recordó que la utilización de dióxido de cloro para el tratamiento de covid-19 u otras enfermedad no cuenta con estudios que demuestren su eficacia y no posee autorización alguna por parte del organismo para su comercialización y uso.

La cartera suscribe el mensaje ya emitido por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que, ante la cantidad de eventos recientes en toda la región, dijo que no recomienda ni su ingesta ni su inhalación por los graves efectos adversos que puede provocar; y su toxicidad. A saber: "irritación de la boca, el esófago y el estómago, con un cuadro digestivo irritativo severo, con la presencia de náuseas, vómitos y diarreas, además de graves trastornos hematológicos, cardiovasculares y renales".


Un hombre muestra botellas de dióxido de cloro que compró en una farmacia en Cochabamba, Bolivia, el viernes 17 de julio de 2020.
Juan Karita / AP
Asimismo, la inhalación puede generar "edema pulmonar, broncoespasmos, neumonitis química y edema de glotis, entre otras complicaciones respiratorias como bronquitis crónica y erosiones dentales".

Un engaño no tan nuevo
Gabriela Piovano, médica infectóloga del Hospital Muñiz, en Buenos Aires, señala a este medio que ha escuchado hablar del dióxido de cloro hace por los menos veinte años. Piovano describe las artimañas de sus promotores para convencer, apoyándose en teorías conspirativas: "Basan su discurso en que supuestamente, al ser promocionado como una 'medicina alternativa', los organismos oficiales y laboratorios no lo quieren reconocer, porque ello perjudicaría a la industria farmacéutica".

Pero los argumentos se diluyen, señala la médica especialista, al comparar al dióxido de cloro con el cannabis medicinal, que si bien ha sido rechazado durante mucho tiempo, las evidencias científicas sobre sus beneficios fueron tan contundentes que la Organización Mundial de la Salud lo ha aceptado, y hoy ya puede conseguirse en farmacias de Argentina para tratar, por ejemplo, la epilepsia refractaria.

Gabriela Piovano, médica infectóloga del hospital Muñiz.
Gabriela Piovano, médica infectóloga del hospital Muñiz.
No se han realizado estudios científicos sobre la efectividad del dióxido de cloro para curar enfermedades simplemente porque la sustancia no está autorizada para uso en seres humanos, justamente por ser perjudicial.
Según Piovano, otro punto que denota que hay una estafa detrás de su comercialización es el hecho de que lo vendan como algo que 'previene la infección', no siendo una vacuna y sin haber hecho ningún tipo de estudio que lo compruebe.

Ahora bien, ¿por qué no se han realizado hasta el momento estudios científicos que avalen o rechacen esta supuesta cura para el coronavirus, en un momento de desborde sanitario mundial? La respuesta de Piovano es simple: "Porque la sustancia no está autorizada para uso en seres humanos, justamente por ser perjudicial".

La infectóloga argentina marca una diferencia sustancial con la cloroquina, promocionada hasta el cansancio por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, que sí está aprobada para el consumo de personas, pero no para el covid-19.



Más controles sobre la 'infodemia'
Tanto Piovano como el diputado Mansilla marcan la necesidad de que haya un rol más activo desde el Estado para controlar la difusión de falsas informaciones relacionadas a la salud, en medio de una pandemia mundial.

"Hay productos que son expresamente difundidos, y a mí no me parecería mal que las autoridades de salud puedan tener una acción más concreta con respecto a estas campañas mentirosas, con un control mucho más estricto y advirtiendo a la población. Creo que en los tiempos de tanta globalización de las comunicaciones, hace falta que los Estados estén más a la altura", cuestionó Mansilla. Y advirtió que en su provincia hubo muchas consultas médicas de gente que tuvo problemas estomacales o respiratorios producto de haber ingerido el CDS, que no han tenido la misma difusión por no llegar a provocarles la muerte.

El Ministerio de Salud de Argentina no prevé por el momento denunciar a quienes promuevan el dióxido cloro, aunque su titular, Ginés González García, reconoció en una entrevista con el canal América que hubo "irresponsabilidad" en Viviana Canosa, y que "hay países que sancionan estas cosas".

Emmanuel Gentile

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