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EX EDIL DE HUAUCHINANGO DEJÓ PAGADAS OBRAS PÚBLICAS Y AHORA NO APARECEN





CUITLATLÁN.POR FERMÍN ALEJANDRO GARCÍA
Ex edil de Huauchinango dejó pagadas obras públicas y ahora no aparecen
Gabriel Alvarado Lorenzo dejó el cargo de presidente municipal de Huauchinango en medio de autoelogios diciendo que su gestión había sido casi perfecta, sin manchas de escándalos de corrupción o abusos. Pero el caso es que, en la primera semana en que ha estado fuera del cargo, han brotado graves y peculiares anomalías de la anterior gestión, como es: un presunto paquete de 18 obras públicas que se habrían pagado por adelantado y estarían entregadas al ayuntamiento, con el pequeño detalle de que no están construidas, es decir todavía no existen.

Sin que todavía se haga una total y exhaustiva revisión de los resultados de la administración de Gabriel Alvarado, el primer ayuntamiento de Huauchinango emanado de Morena –encabezado por Gustavo Vargas Cabrera– se ha destacado por no aceptar ni recibir la mayoría de los expedientes de obra del anterior gobierno local, pues se han detectado muchas anomalías, entre las que destacan las siguientes:

Durante el proceso de entrega–recepción del ayuntamiento, hubo en especial interés de Gabriel Alvarado de que la nueva administración municipal le firmara de recibido un conjunto de 18 obras públicas, que aparentemente ya estaban concluidas o en proceso de construcción. Se dice que en ríspidas discusiones, Gustavo Vargas se negó a aceptar la documentación por sospechar que algo irregular se escondía.


Ahora ha quedado al descubierto que esas obras, que principalmente son la construcción de calles, en su mayoría se habrían adjudicado los contratos a empresas vinculadas a la organización Antorcha Campesina.

El problema principal es que se habrían pagado por anticipado –algo no usual– y existirían documentos que indican que los trabajos se entregaron al ayuntamiento, pero al hacerse una revisión física se descubrió que tales obras todavía no han sido iniciadas o terminadas. Por tanto resulta inexplicable –por ahora– que el anterior ayuntamiento ya hubiera liquidado los costos programados.

Uno de los logros del anterior edil fue la edificación de una planta de tratamiento de aguas residuales, que habría tenido un costo de alrededor de 150 millones de pesos. El caso es que dicha instalación de saneamiento hidráulico no funciona. Es un elefante blanco.

Se dice que otro abuso detectado tiene que ver con la labor de una fundación altruista dedicada a brindar cirugías a personas pobres que están invidentes por padecer de cataratas. La mayor parte de los ciudadanos de Huauchinango que entraron a ese programa de ayuda pudieron recuperar la vista.

Lo irregular es que se habría descubierto que dicha fundación no solamente brindó la atención médica, sino también aportó el traslado y alimentación de los beneficiarios con las cirugías. Entonces surge la duda de por qué a los enfermos supuestamente a cada uno de ellos, desde el ayuntamiento, se les habría pedido una aportación de 10 mil pesos, si todo el proceso médico fue gratuito. Si fueron alrededor de 200 personas las que se atendieron de catataras, entonces nadie sabe cual habría sido el paradero de unos 2 millones de pesos que acabaron erogando en su conjunto.

Otra fundación donó instrumentos musicales y aparatos de sonidos para armar una importante banda artística entre estudiantes de Huauchinango. Por lo menos hasta ayer, nadie sabía dónde están dichos artefactos. Se comenta que nadie los vio, pese a que se tiene la documentación de que si llegaron a las anteriores autoridades.

Nunca creyó que fuera a ser auditado
El anterior edil de Huachinango llegó al poder bajo las siglas del PRD, partido al que le juró lealtad en el año 2013. Sin embargo, con el paso de los meses y los años se acabó convirtiendo en un activo político del PAN, del morenovallismo. Al parecer, por esa razón sintió que nunca enfrentaría un profundo escrutinio de lo que fue su gestión, en la cual han empezado a brotar graves abusos, entre ellos contra personas enfermas de cataratas.

Para nadie es un secreto que el principal ofrecimiento que hacía el ex gobernador Rafael Moreno Valle Rosas a los ediles que le guardaban lealtad ciega, era que les aprobarían sus cuentas púbicas, sin importar los resultados de las auditorías. Y tal parece, que Gabriel Alvarado creyó en esa promesa.

La mayor parte de los esfuerzos de Gabriel Alvarado se dirigieron en intentar convertir a Liliana Luna Aguirre, quien es su esposa, en la próxima edil de Huauchinango. Por esa razón a los largo de 2017 muchos de los recursos humanos y materiales de la administración municipal se dirigieron en elaborar lo que sería el proyecto de gobierno, de obras públicas y desarrollo turístico para el periodo oficial de 2018–2021.

Al final, ese esfuerzo de nepotismo sucesorio se topó con pared. Por un lado, la opinión pública de Huauchinango nunca aceptó a Liliana Luna por ser alguien que no nació en el municipio y siempre ha sido ajena al mismo. Lo más que logró, fue convertirse en diputada local del PAN. Por otro lado, se impuso el poder de los hermanos Martínez Amador, quienes consiguieron que Isaac, el menor del clan, fuera el aspirante panista a edil.

Y finalmente el mayor dique fue el voto a favor de Morena, quien llevaba de abanderado a Gustavo Vargas Cabrera, quien luego de 15 años de espera se convirtió en edil de dicho municipio.

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