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La sociedad civil le perdió el miedo y el respeto a RMV

La sociedad civil le perdió el miedo y el respeto a RMV





Por Fermín Alejandro García

La reacción del gobernador Rafael Moreno Valle Rosas de ningunear la Marcha por la Paz de los Poblanos, diciendo que no tendrá ninguna repercusión social y que fue un asunto de “políticos”, lo único que provocará es que el mandatario se siga alejando del fragmento de la sociedad civil que en el año 2010 le permitió acceder a la titularidad del Poder Ejecutivo.

Hace tres años el resultado de la contienda electoral le dio a Moreno Valle un triunfo histórico, por rebasar la cifra de un millón de votos y principalmente porque se estima que 5.5 de cada 10 sufragios surgieron de la sociedad civil, que se movilizó al margen de las estructuras de los partidos políticos.

El agotamiento que registraban las estructuras del PRI, la mala imagen del entonces gobernador Mario Marín Torres y la postulación de Javier López Zavala, quien resultó un pésimo candidato priista a la gubernatura, fueron elementos que jugaron un papel importante en el proceso electoral de hace tres años, pero el factor más importante que permitió derrotar por primera vez al tricolor fue la irritación ciudadana contra los abusos de las autoridades, la impunidad, la falta de un sistema democrático eficaz y una inexistente división real de los poderes públicos.

Moreno Valle ganó porque grandes núcleos de la sociedad civil, que por lo general no creen en el sistema electoral y en los partidos políticos, se convencieron de que con el entonces candidato de una coalición opositora al PRI se iba a generar un cambio verdadero, en donde se pudiera avanzar en contra de la corrupción, los abusos, la falta de democracia y transparencia.

Muchos de los participantes de la Marcha por la Paz de los Poblanos son los mismos líderes de opinión, son los mismos ciudadanos de a pie, son los activistas sociales que en 2010 generaron olas de votos a favor de Moreno Valle, y que ahora salen de nuevo a manifestarse porque el político panista no cumplió con ninguna de las expectativas que generó, y por el contrario, se percibe que la situación del estado está mucho peor que cuando el PRI controlaba el Poder Ejecutivo.

Es importante entender que miles de ciudadanos que creyeron en 2010 en el morenovallismo y ahora lo detestan, lo cuestionan, lo vapulean, no fueron a la marcha, pero sus protestas, sus críticas, las están expresando en las redes sociales y otros ámbitos de participación.

Y una forma de protesta también es el silencio. No para callarse consignas contra el titular del Poder Ejecutivo, sino para no defenderlo. Nadie ha salido de parte de la verdadera sociedad civil a mostrar la más mínima expresión de solidaridad o de simpatía hacia las políticas represoras del señor gobernador.

Frente a la pérdida de credibilidad, de estima, de solidaridad, de adhesión, de la sociedad civil, llama poderosamente la atención que el gobernador no haga nada para buscar frenar su deterioro en este sector de la población. Al contrario, ayer hizo una muy desafortunada expresión al decir lo siguiente respecto a la Marcha por la Paz de los Poblanos:

“Ya viste la cantidad de gente –que fue a la marcha–, fue una cuestión de políticos y creo que no tiene mayor trascendencia social…”, le dijo un orondo Moreno Valle a un reportero de Reforma, quien lo abordó al concluir en la ciudad de México el acto en el que se hizo la promulgación de las leyes secundarias en materia energética.

Respecto a lo que dijo el mandatario, es necesario refutarle tres aspectos:

1. Los que menos fueron a la marcha fueron políticos, pues éstos se contaban con los dedos de las manos. Ahí estaban Ana Teresa Aranda, Roxana Luna Porquillo, Francisco Torres Sánchez, Gerardo Fernández Noroña y algunos dirigentes sindicales de organizaciones sociales, y nada más.

No llegaron los legisladores locales y federales, ni líderes religiosos, ni alcaldes, ni los dirigentes de los partidos, ni los directivos de cámaras empresariales o los rectores de universidades públicas o privadas. Tampoco se vio a los representantes de movimientos sociales importantes, como los opositores a las minas en la Sierra Norte o contra el gasoducto Morelos.

¿De cuáles políticos habla el gobernador? El grueso de los 10 mil asistentes fueron ciudadanos que llegaron al margen de partidos, organizaciones, sindicatos, iglesias, instituciones educativas, ayuntamientos, aparatos de control corporativo o de clubes de servicio social.

2. El gobernador no entiende que la trascendencia social de la marcha no se va a generar, sino ya se generó.

A lo largo de su mandato han sido escasas las manifestaciones públicas en contra del jefe del Poder Ejecutivo, porque el grueso de los líderes políticos y sociales le tiene pavor al gobernador.

El que miles de ciudadanos salieran el domingo a manifestarse es un signo de que a la sociedad civil ya se le quitó el miedo y sobre todo, el respeto que sentía por Moreno Valle.

De manera similar a como en 2010 la gente se quitó el miedo hacia el PRI.

3. El mandatario no entiende que sus facultades legales no le permiten salir a calificar las manifestaciones públicas. Como autoridad tiene que respetar los derechos de todos los ciudadanos y no estar creando divisiones, distinciones, confrontaciones, insidias, entre los habitantes del estado que gobierna.

¿Qué pasa con Moreno Valle, está desinformado o su autoritarismo no le permite cambiar?

No sé qué pasa con el gobernador. Lo único que podemos observar es que el grueso de los ciudadanos que en 2010 estuvieron cerca de él ahora se están alejando para evitar que les caiga encima cuando se derrumbe el señor gobernador.

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