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De 150 ediles auxiliares, 149 rechazan invitación de Maldonado de negociar en lo oscurito

De 150 ediles auxiliares, 149 rechazan invitación de Maldonado de negociar en lo oscurito





Por Fermín Alejandro García

El mundo al revés: hace un par de meses el titular de la Secretaría General de Gobierno (SGG), Luis Maldonado Venegas, ignoró olímpicamente unas 120 solicitudes de ediles auxiliares que pedían audiencia para preguntar, discutir, cuestionar y convenir acerca de la disposición del gobierno del estado de retirarles el manejo del registro civil. Ahora, de la semana pasada al día de ayer, el mismo funcionario ha invitado a unos 150 alcaldes subalternos a acudir a platicar con él en sus oficinas sobre las necesidades de sus comunidades.

Antes, Maldonado no se volteaba a ver a los alcaldes auxiliares en lo que era una actitud de desprecio, desinterés, prepotencia y arrogancia.

En el presente, de los 150 ediles subalternos que han sido convocados a pasar a las oficinas de Casa Aguayo, solamente uno aceptó la invitación; los demás consideran que ya pasó la oportunidad del funcionario de fingir un diálogo.

El único presidente auxiliar que accedió a platicar con el responsable de la SGG fue Eugenio Sandre Popoca, quien es edil auxiliar de la comunidad de San Pedro Yancuitlalpan, un poblado del municipio de San Nicolás de los Ranchos.

La relevancia de que este servidor público haya aceptado sentarse a platicar con Maldonado es que era uno de los dos voceros de la Coordinadora Estatal de Defensa de los Derechos y la Identidad de los Pueblos (CEDIP), que agrupa a unos 200 alcaldes auxiliares.

La CEDIP surgió del movimiento de docenas de alcaldes auxiliares que no estuvieron de acuerdo en la disposición autoritaria del mandatario Rafael Moreno Valle Rosas de retirarles el registro civil y el control de la Policía a los gobiernos subalternos, que intentaron ser desaparecidos con esa decisión del Poder Ejecutivo estatal.

A partir del 9 de julio, que fue cuando la Policía Estatal reprimió a la población de San Bernardino Chalchihuapan, la CEDIP tomó dos acuerdos:

1. Que no se aceptaría un diálogo con el gobierno estatal de manera individual, es decir, que no se admitiría que cada presidente auxiliar fuera llamado por separado. Únicamente se acudiría de manera colectiva y con el consenso de sus miembros.

2. La única posibilidad de dialogar con la administración morenovallista se haría con la mediación de la Secretaría de Gobernación federal, como una manera de evitar trampas de Luis Maldonado, pues se temía –o más bien, se sigue temiendo– que se pidiera un diálogo individual con los presidentes municipales para obligarlos a trasladarse a la ciudad de Puebla y ser detenidos por la Policía Ministerial.

Solamente el de San Pedro Yancuitlalpan infringió ese acuerdo, y por esa razón se le ha restado confianza hacia el interior de la CEDIP.

Lo relevante de este asunto es que Luis Maldonado ha perdido la capacidad de ser el personaje que garantice la gobernabilidad y estabilidad en el estado, ya que perdió credibilidad y autoridad, luego de que ha utilizado el cargo para fines personales, en lugar de resolver la larga lista de conflictos que genera el autoritarismo del gobernador Rafael Moreno Valle.

El cambio de actitud de Maldonado obedece a una actitud desesperada del gobierno morenovallista de despresurizar la crisis de imagen que enfrenta el jefe del titular del Poder Ejecutivo, que a nivel nacional ocupa el primer lugar en el ranking de gobernadores intolerantes y violentos.

Se dice que las reuniones convocadas por Maldonado Venegas es para ofrecerles proyectos de obra pública a los ediles auxiliares, sin la intervención de los ayuntamientos.

Los presidentes subalternos no han “mordido la zanahoria” porque no pueden confiar en alguien que apenas hace unas semanas ignoraba su existencia y los problemas de sus comunidades.

Frente a este escenario no se entiende por qué Rafael Moreno Valle sostiene a un titular de la SGG que perdió la capacidad de interlocución, de dialogar, de llegar a acuerdos con las autoridades regionales. Dicho de otra manera, que perdió la capacidad de utilizar la política como vía para resolver de manera legal, civilizada y pacíficamente los conflictos en las comunidades de la entidad.

Por ahora, los alcaldes auxiliares, que eran tratados como autoridades inferiores, han dado una clase de dignidad y civilidad a Luis Maldonado, quien llegó hace tres años a Puebla bajo la falsa imagen de ser un maestro de la negociación política.

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