Asaltante de la actriz Edith González declaró que los relojes que le robó ¡no eran originales!
El 20 de julio de 2014, Edith González, de 49 años, y su esposo Lorenzo Lazo, de 61, sufrieron un asalto a mano armada efectuado por Eduardo Pier Ramírez, en una tienda de anteojos ubicada en una plaza comercial de San Jerónimo, en la Ciudad de México.
El ladrón les quitó sus relojes en apenas 15 segundos. El lunes 4 de agosto fue detenido el Pier en la calle 249-D, de la colonia Agrícola Oriental, en la delegación Iztacalco. Lo curioso del caso es que cuando el detenido rindió su declaración, aceptó ser el autor intelectual y material del robo.
Además, confesó que ya no tenía los relojes en su poder pues resultaron ser piratas y los tiró porque no valían nada. Por dicha razón, Eduardo Pier pidió a las autoridades que le redujeran su sentencia.
También agregó que su forma de operar consistía en analizar a las personas de acuerdo a su forma de vestir, y que si se veían bien los abordaba y los despojaba de su reloj. El Pier cuenta ya con dos ingresos a prisión por robo, pues se dedica a esto desde los 17 años. En esta ocasión fue consignado en el Reclusorio Oriente del D.F.
–¿Cómo se encuentra Edith ahora que detuvieron al ladrón que le quitó su reloj?
"Más tranquila. Ella tomó el momento del robo con mucha calma; obviamente sintió impotencia e indignación, pero por fortuna no entró en pánico ni le hicieron nada".
–¿Que pasó durante el atraco?
"Era domingo, y como todos los fines de semana salieron a pasear. Estaban viendo unos lentes de sol en una tienda de San Jerónimo cuando, sin darse cuenta, un sujeto se acercó a ellos y se paró detrás de Edith y les gritó que se quitaran el reloj. Fue más que evidente que iba solo por eso, que no le interesaba la cartera o la bolsa".
–Lorenzo Lazo, su esposo, sí se asustó, ¿vedad?
"Él sí entró en crisis. Se asustó mucho cuando el asaltante agarró a Edith por la espalda pues pensó que su vida corría peligro".
El ladrón exige que le reduzcan la sentencia, pues los relojes no eran originales.
–¿Lorenzo encaró al ladrón?
–No para nada. Pusieron al ladrón en una rejilla de prácticas y Lorenzo lo vio a través de un cristal. No pudo identificarlo con certeza, pero las autoridades afirmaron que se trataba del asaltante por sus rasgos físicos. Lorenzo tenía miedo de que el ratero lo viera y quisiera vengarse.
–¿Qué pasó después?
–Tanto Edith como Lorenzo se quedaron más tranquilos, pero nos llevamos una gran sorpresa al enterarnos de que los relojes que les quitaron eran piratas.
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