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Se agudiza la represión en Puebla

Se agudiza la represión en Puebla





Por Enrique Núñez

En este espacio evidenciamos en más de una ocasión la política represora del gobierno morenovallista, de cómo anteponen el garrote al diálogo.


El día de ayer la historia se repitió. Más de mil 500 pobladores de las juntas auxiliares de la Sierra Negra se manifestaron en contra de la reforma a la Ley Orgánica Municipal, la cual es una bomba de tiempo. Las víctimas de las ocurrencias del Señor de los Cerros cerraron la carretera federal Puebla-Tehuacán. Pero lejos de llegar a un acuerdo, el gobierno optó por la violencia y la represión.


Los uniformados disuadieron la protesta mediante el uso de gas lacrimógeno y balas de goma. El saldo fue la detención de ocho manifestantes, entre ellos el presidente auxiliar de Magdalena Cuayucatepec, además de una docena de lesionados.


Por lo visto, la política de terror se convirtió en una práctica diaria en la actual administración, pero esto no tarda en revertirse y el costo será muy elevado.





Premiarán el servilismo del ombudsman


Desde la conformación de la actual Comisión Estatal de los Derechos Humanos su trabajo dista mucho de su esencia. Todo hace pensar que este organismo debe cambiar de iníciales, en lugar de la CEDH Puebla debería cambiar por la CEDI, es decir, Comisión Estatal de los Derechos Infrahumanos.


Y es que dicha comisión está preocupada más en cubrir los atropellos del gobierno del estado que en salvaguardar los derechos de los poblanos.


Todo esto viene a colación, ya que el pasado lunes el comisionado Adolfo López Badillo se presentó en el Congreso local. El motivo de la visita fue uno: entregar a los diputados la solicitud para continuar al frente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, pese a las constantes violaciones que el actual régimen asesta contra sus opositores.


Incluso, nuestro personaje se adelantó a la convocatoria.


Su desempeño está en tela de juicio, desde su arribo, la citada comisión se caracterizó por ser la tapadera de las tropelías de la clase gobernante, como la cometida en diciembre de 2011 por parte del presidente municipal de Tlachichuca, Jonathan Coyantes Cabañas, en contra de una mujer que fue detenida por haber cometido el “gravísimo” delito de confrontar y cuestionar al señor gobernador.


De los acontecimientos recientes, fue el 8 de abril cuando fuera de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos fue detenido el ambientalista Carlos Flores, quien acudió a interponer una queja por las detenciones arbitrarias contra los opositores al gasoducto.


El caso más reciente es el de Delfino Flores Melga, el nonagenario que murió en el penal la semana pasada y al que López Badillo se negó a recibir la queja por las violaciones a sus derechos, en este caso que debió enfrentar el proceso en su casa.


El domingo se dio a conocer el caso de los niños que claman por la inocencia de su madre; si esto sucediera en el Distrito Federal, en estos momentos la presidenta de la comisión, Perla Gómez Gallardo, ya hubiera mandado visitadores, pero en Puebla el presidente espera las órdenes del Señor de los Cerros.


El silencio de López Badillo es innegable ante las constantes violaciones en la materia por parte del gobierno. Nuestro personaje tiene un titiritero que no quiere cambios en la comisión.


Para la mala fortuna de los poblanos, la figura del ombudsman se ha prostituido.


Y pese a todo no duden ni un segundo de que López Badillo será ratificado al frente de la Comisión Estatal de Derechos Humos.

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