Al minuto

Caso juzgado: Moreno Valle, asesino

Caso juzgado: Moreno Valle, asesino





Por Enrique Núñez

Atentando contra la inteligencia de los poblanos, en su desesperación, el gobernador Moreno Valle decidió derogar la “ley Bala”, en el mismo tiempo que él —hace dos meses— ordenó aprobarla.


No se necesitar ser sabio para comprender que esta nueva ley fue diseñada para cumplir con los caprichos del autoritario gobernador, pese a la evidente falta de pluralidad de su gobierno.


Sin embargo, lo que era vox populi respecto a la vigencia de la “ley Bala” se convirtió en un tema inexistente después de que se corrió la versión de que este ordenamiento pasará a mejor vida después de la sesión de este día en el Congreso del estado.


Así, aunque usted no lo crea, los mismos diputados que votaron en favor de la “ley Bala” fueron notificados de que este día deberán votar por la desaparición de este ordenamiento legal.


Es evidente que la desesperación que se vive en el círculo cercano al gobernador del estado ha provocado que se tomen medidas francamente absurdas, las cuales no hacen otra cosa que confirmar el miedo generado por el inicio de la vigencia de esta ley, además de las consecuencias que ha provocado por el conflicto suscitado en Chalchihuapan, en donde un niño perdió la vida.


Si bien es cierto que la “ley Bala” era un despropósito jurídico que reflejaba un retroceso en la instauración de leyes en nuestro estado, también es real que la hegemonía partidista que padecemos les permitió aprobar a los diputados una ley que atenta contra los más básicos derechos humanos.


Así las cosas, este día veremos a los diputados locales derogar la misma ley que sirvió para que los policías estatales privaran de la vida al niño José Luis Tehuatlie Tamayo.


A las cosas por su nombre, y mi postura no cambia, ni cambiará aunque los diputados hayan recibido línea para borrar los yerros de toda su Legislatura.


La marcha atrás de esta ley ordenada desde Casa Puebla confirma que sus estrategias mediáticas fracasaron y que la condena social rebasó cualquier intento de enterrar el sentir popular.


El gran error del equipo morenovallista fue despreciar a los pocos medios críticos, a los que intentó ignorar debido a que hasta la fecha le habíamos hecho lo que el viento a Juárez.


Así fue como la soberbia los hizo creer que podían seguir tapando sus excesos de poder, toda vez que los medios incómodos no representábamos ninguna preocupación para su proyecto presidencial.


Craso error.


Lo que hasta ahora había quedado en denuncias locales por parte de los medios pasó a ser un tema de interés primordial para muchos medios nacionales, además de un referente entre la clase política poblana.


Pero más allá de esta inquietud, los cuatro medios críticos logramos permear en una sociedad que vio en nosotros la forma de hacer sentir su impotencia y enojo por la muerte del pequeño José Luis.


En menos de una semana, la ira que generó el cobarde asesinato de José Luis Tlehuatlie movió a toda una sociedad, la cual puso a temblar al poderoso gobernador Moreno Valle, quien dobló las manos para ordenar echar abajo la ley que él mismo mandó como iniciativa al Congreso local.


Es evidente que todos los intentos para desactivar a la sociedad —no de Puebla, sino de México— fracasaron, por una simple y sencilla razón: con la vida de un niño no se juega.


Así ni los ataques a los medios críticos ni la campaña negra contra la diputada Roxana Luna ni la desacreditación contra los pobladores de Chalchihupan dieron resultados.


Esta vez la reacción del gobierno morenovallista para desactivar la inconformidad de los poblanos fue un fracaso, porque el peso del asesinato de José Luis estaba por encima de cualquier mentira difundida por sus medios afines.


Nadie puede atentar contra la inteligencia de un pueblo que vivió en carne propia la violencia ordenada desde Casa Puebla.


Hoy la sociedad ya juzgó y Moreno Valle es el asesino.

Comparte esto:

Publicar un comentario

 
Copyright © Al Minuto. Diseñado por Agencia Eslabom y Agencia Eslabom