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Síndrome Carlos Vela
Por Al Minuto • junio 30, 2014 • Columnas Emmanuel Gómez Farías Política • Comentarios : 0
Emmanuel Gómez Farías Mata
Doctorante en Gobierno y Administración Pública
Universidad Complutense de Madrid
Para los que por necesidad, suerte, destino, deseo o cualquier otra circunstancia hemos tenido que cambiar nuestra residencia al extranjero conocemos no solamente una nueva cultura, usos, costumbres, clima y comida. Además de todo eso, nos enfrentamos a un fenómeno social que tiene dos caras –la buena y la muy mala-.
La cara mala, consiste en el estigma del mexicano “conquistado”, esta introyección psíquica que padecen muchos mexicanos y que les ha impedido crecer, decidir, romper la sumisión y levantar la voz ante lo que pasa. El estigma aparece cotidianamente en el mexicano que consume revistas chatarra de espectáculos y observa boquiabierto los cuerpos artificiales de las artistas del momento, el menosprecio de sí mismo aparece cuando confronta su cuerpo real, con el cuerpo imaginario de la revista.
Este estigma aparece cuando en las revistas del jet-set, observa a los ricos y poderosos europeos o estadounidenses, en sus ostentosas casas y en sus grandes fiestas, para después ilusoriamente querer hacerse un vestido de novia como el que vio en la revista, o busca decorar su departamento, tal cual está decorada la mansión que aparece en la portada, aún a sabiendas que ni el vestido ni la decoración serán posibles, lo cual acrecienta al tiempo su menosprecio y su baja autoestima.
Por eso –el mexicano- se emociona con un partido de fútbol, fantasea que mediante un partido el mexicano puede ganar, que “si se puede”, sin embargo la frustración aparece cuando la selección no gana o peor aún, cuando si gana porque entonces el mexicano grita, va al Ángel, se pone “la verde”, se emborracha y despierta al otro día con la cruda realidad de su trabajo, su carencia económica y emocional, mientras el equipo que según él le representa, disfruta de los millones de pesos derivados del alcohol y cerveza hasta botanas para hacer más rico a los conquistadores de empresas extranjeras que ven en el mexicano al sumiso sujeto capaz de ser manipulable con un partido, un Teletón, un talk show, cualquier cosa, la cuestión es que ese mexicano suelte el dinero y duerma su conciencia.
El Dr. José Antonio Lara Peinado. Autor de los libros: “Psicoanálisis del poder en México”, “El mal-estar docente en México” hace una radiografía de lo anterior, explicando que muchos mexicanos juegan a romper su estigma de conquistados, se visten entonces con trajes Armani o Hugo Boss; compran su camioneta y se sienten de lado de los conquistadores, que en este caso sería los extranjeros con los que conviven diariamente, hablan de manera extraña, presumen ropa, zapatos, calzones de marca, hablan de los centros comerciales y de las peripecias de la Reyna Letizia y “cosas de la Corona”.
Desprecian a los que -según ellos- son mexicanos que no quieren crecer, eso que se quedaron en México, esos indígenas; obreros; electricistas; indigentes; negros; morenos; campesinos que les demuestran lo que verdaderamente son estos “mexicanos en el extranjero” que juegan a ser conquistadores.
Pero estos “mexicanos en el extranjero” con aires de extranjeros, no se dan cuenta que están peor de conquistados, por el menosprecio de su identidad, de lo que son, desprecian sus raíces y lamentablemente no se dan cuenta que son despreciables para sí mismos. Esos mexicanos que ya no quieren hablar en español a sus propios compatriotas y cambian su nombre de “Jorge Sánchez” a “George van Brandemburg”.
Hay pues muchos mexicanos en el extranjero (afortunadamente NO TODOS) que han introyectado dentro de sí, el síndrome del conquistado, pero por vivir en un país distinto al suyo se consideran conquistadores.
Esos mexicanos que nos van a “sesear” a los dos meses de vivir en España después de vivir treinta en México; aquellos mexicanos que reconocen las diferencias entre su país y el país donde ahora residen pero buscan alternativas para que su país sea mejor; aquellos mexicanos que buscan soluciones y no solo critican para sentirse lejanos a su propia realidad.
Afortunadamente, también hay miles que han (hemos) decidido romper esa introyección, miles han decidido sacudirse el fantasma de la conquista y han salido de su país con la firme idea de regresarle a la tierra que los vio nacer el conocimiento que puedan obtener lejos de su patria. Mexicanos que creen en la circulación de cerebros y no en la fuga de cerebros.
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