Ciudad de México.— La posible renuncia del responsable de la Fiscalía General de la República (FGR) detonó un ambiente de tensión y especulación en los sectores político y judicial del país. Desde temprano comenzaron a circular versiones sobre la entrega de una carta de dimisión al Senado, lo que provocó que la Cámara Alta convocara a una sesión extraordinaria para analizar la situación.
A lo largo del día, legisladores reconocieron haber recibido un documento relacionado con la continuidad del fiscal, lo que avivó los rumores sobre su inminente salida. Sin embargo, la falta de anuncios oficiales y los recesos prolongados en la sesión senatorial mantuvieron la incertidumbre.
En Palacio Nacional, la titular del Ejecutivo federal confirmó que su equipo jurídico ya revisa la comunicación proveniente del Senado, aunque aclaró que no ha recibido directamente una renuncia firmada. Señaló que emitirá un posicionamiento formal una vez concluido el análisis legal correspondiente.
Mientras tanto, en la FGR y en círculos políticos cercanos se multiplican las especulaciones sobre los posibles perfiles que podrían encabezar la institución en caso de concretarse el cambio. La eventual salida del fiscal activaría un proceso constitucional para seleccionar a un nuevo titular, un movimiento con repercusiones directas en la procuración de justicia y en la agenda de seguridad nacional.
Hasta el cierre de esta edición, no existe confirmación oficial sobre la dimisión, pero los movimientos en el Senado y las declaraciones desde el Ejecutivo mantienen abierta la expectativa sobre una de las decisiones institucionales más relevantes del momento.