LOS HABITANTES PIDEN QUE AUDITEN SU ADMINISTRACIÓN.
Como una ex presidenta derrochadora de los recursos del erario municipal califican los habitantes de Coronango a Hermelinda Macoto Chapuli quien de no tener nada y vivir en la pobreza salió millonaria y se volvió prepotente y soberbia desde que despachaba al frente del ayuntamiento, beneficio a su familia quienes cambiaron de inmediato su nivel de vida.
Excesos con comilonas para periodistas vendidos y funcionarios federales y locales fueron los que aprovecharon los recursos que salieron del erario para pagar estos gastos que en lugar de ser canalizados en obras publica sirvieron para las fiestas de la ex alcaldesa que cuando estuvo en funciones perdió toda humildad, se gasto cientos de miles de pesos en la compra de camionetas de lujo y sus excesivos viajes a la Ciudad de México para ver según ella a ex funcionarios y diputados federales reporto decenas de miles de pesos en gastos para comidas en lujosos restaurantes mientras la Presidenta municipal se divertía y se gastaba el dinero el municipio de Coronango se hundía en la pobreza extrema, la Inseguridad y el robo de Hidrocarburo.
Mientras la ex alcaldesa Hermelinda Macoto Chapulise promueve en columnas de periodistas que no investigan la realidad que vive el municipio y sus habitantes,el alcalde Antonio Teutli Cuautle denuncio que a pesar de que la administración de Hermelinda Macoto Chapuli dejó de prestar servicios en la última semana del mes de septiembre, la ex presidenta municipal de Coronango se gastó los recursos del mes de octubre, y dejo la tesorería sin dinero.
ademas la entrega-recepción es un desorden por que no cuadran las cuentas y no dejo dinero en las cuentas de Bancos mientras ella presume a los periodistas que tuvo en su nomina que si dejo lo cual la pone en entredicho
Los habitantes inconformes dieron a conocer también que le van a pedir al nuevo alcalde que mande auditar a Hermelinda Macoto Chapuli quien salio millonaria del ayuntamiento cuando al entrara no tenia nada ella ni su familia.
Por Karla Soto
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