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INVADE EL PÁNICO A LAS SECCIONES 23 Y 51 DEL SNTE: ELIMINAN 30 TONELADAS DE ARCHIVOS


CUITLATLÁN.
POR FERMÍN ALEJANDRO GARCÍA
¿Qué ocultan las dirigencias de las secciones 23 y 51 del SNTE? Resulta que en los últimos días, dicen los enterados, se han sustraído unas 30 toneladas de cajas de archivos, computadoras y cajas fuertes de las oficinas de ambas organizaciones gremiales. La mayor parte del retiro de ese material se hizo en las primeras horas del viernes y sábado posteriores a los comicios del 1 de julio, como una manera de que dicha mudanza pasara desapercibida. Son pocos los que saben a dónde se llevaron el cargamento.

Fuentes bien informadas dicen que hay dos versiones que explican ese traslado de “pánico” de muchos archivos de las dirigencias sindicales del magisterio:

Primera: que se eliminó toda la información electoral que se tenían en ambas secciones gremiales, en la cual se detallaba la compra de votos por parte del SNTE; las amenazas ejercidas o las prebendas otorgadas a docentes para que apoyaran la campaña de la candidata del PAN a la gubernatura, Martha Erika Alonso, y la manera en que se saboteó la estructura de los partidos que conformaron la coalición “Juntos Haremos Historia”.


Se dice que el material se sacó primero a las 7 de la mañana del viernes 6 de julio de las oficinas de la sección 51 del SNTE.

Y al otro día, a la misma hora, ocurrió lo mismo en las oficinas del SNTE 23.

En los dos casos, personal de confianza de los secretarios generales arribó en la madrugada a los edificios sindicales para preparar las cajas y computadoras que desalojaron, para que cuando llegaran los camiones de mudanzas el cargamento se subiera en unos cuantos minutos a los vehículos. Para ello se contrató a un ejército de estibadores.

Ese traslado se debió principalmente a lo siguiente:

Al parecer, alguien del equipo electoral morenovallista –el jueves 5 por la tarde– reprendió a Jaime Roque García y Alejandro Ariza Alonzo, los secretarios generales de las secciones 51 y 23 del SNTE, respectivamente, porque no habían reaccionado ante el descubrimiento de la mapachera electoral del PAN que dirigentes y activistas de Morena exhibieron en el MM Gran Hotel, el martes 3 de julio.

Por esos se le urgió a los dirigentes del gremio de maestros a que se deshicieran de todas las evidencias de prácticas electorales que, desde el sindicato, se usaron para favorecer a la candidata Martha Erika Alonso.

Segunda: que el resultado electoral del 1 de julio significó un triunfo rotundo de Elba Esther Gordillo Morales, la defenestrada presidente del SNTE, quien apoyó la campaña de Morena para cobrar los agravios al gobierno de Enrique Peña Nieto.

Y al mismo tiempo, quien sufrió una derrota mortal ha sido Juan Díaz de la Torre, el actual secretario general nacional del SNTE, quien traicionó a la maestra –cuando la encarcelaron en el año 2013– y estaba sumado a la campaña de José Antonio Meade Kuribreña, el candidato presidencial del PRI que quedó en un penoso tercer lugar de la contienda.

Ante ese escenario, en las secciones 23 y 51 del SNTE hay mucho temor de sus dirigentes de que, en cualquier momento, maestros del ala democrática del magisterio tomen las instalaciones de ambas representaciones.

Por tanto, Jaime Roque García y Alejandro Ariza Alonzo han dispuesto desaparecer información electoral y sobre todo financiera.

Tienen miedo que la venganza de Elba Esther Gordillo provoque un movimiento que ponga al descubierto el manejo nada transparente de los recursos económicos del magisterio poblano.

Su temor se acrecienta porque en Puebla hay un doble agravio: por un lado la traición a la ex líder gremial Elba Esther Gordillo y que las secciones 23 y 51 del SNTE, solaparon, guardaron silencio, ante la política represiva del morenovallismo contra maestros poblanos.

Por eso el miedo ha invadido a los líderes de las secciones 23 y 51 del SNTE. No cabe duda que tienen mucho que ocultar.

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