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SI ANAYA NO GANA EL DEBATE, MEAH QUEDARÁ ESTANCADA EN SU CRECIMIENTO ELECTORAL



CUITLATLÁN.
POR FERMÍN ALEJANDRO GARCÍA.

Dicen que en el equipo de Martha Erika Alonso Hidalgo están prendidas las veladoras a favor de que el próximo domingo a Ricardo Anaya Cortés le vaya extraordinariamente bien, ya que si el candidato presidencial de la coalición “Por México al Frente” no da un vuelco de 180 grados en su posicionamiento electoral a partir del segundo debate entre los aspirantes a la titularidad del Poder Ejecutivo federal, la campaña del PAN en el estado de Puebla se quedará sin muchos recursos para poder crecer en los índices de intención del voto, los cuales hasta ahora están en empate técnico con Morena y su abanderado en la entidad, Luis Miguel Barbosa Huerta.

Según los cálculos iniciales que se habían hecho en la coalición “Por Puebla al Frente”, a estas alturas de la campaña electoral, la candidata de esta expresión política ya tendría que llevar una ventaja de, por lo menos, entre 8 y 10 puntos respecto al segundo lugar de la contienda.

La realidad es que la mayoría de los sondeos de opinión pública –que son serios– han establecido un empate técnico persistente desde el arranque de las campañas, entre Martha Erika Alonso y Luis Miguel Barbosa, o en algunos casos, ponen con una ventaja de hasta 7 puntos al aspirante de Morena.

Tal situación plantea que se le están agotando los recursos a la aspirante de la coalición formada por el PAN, el PRD y Movimiento Ciudadano, y no logra crecer lo suficiente en los índices de intención del voto como consecuencia de los negativos que carga por el oscuro desempeño de su esposo Rafael Moreno Valle Rosas, como gobernador del estado.

Hasta ahora la guerra sucia de acusar a Luis Miguel Barbosa Huerta de tener una supuesta riqueza que no declaró en su reporte de bienes patrimoniales, no parece ser un arma eficiente.

Dichos recurso no ha sido efectivo porque no hay una acusación consistente, escandalosa, contra Barbosa, y todos los ataques los ha sabido responder –o aclarar– el candidato morenista.

Tampoco ha funcionado la estrategia de colocar a Enrique Doger Guerrero, el candidato del PRI a la gubernatura, como un acosador de Barbosa, luego de que el discurso del priista se ha vuelto reiterativo, incisivo y monotemático en contra del aspirante de la coalición “Juntos Haremos Historia”.

Ese comportamiento de Doger lejos de debilitar a Barbosa solamente pone de manifiesto la colusión que existe entre el PRI y el PAN, entre el candidato priista y Rafael Moreno Valle Rosas, para apuntalar la candidatura de Martha Erika Alonso, lo cual acaba fortaleciendo la campaña electoral de Morena, cuyos abanderados sostienen el discurso de que el llamado PRIAN busca frenar el cambio en México y en Puebla.

Un error grave, es que los ataques de Doger y del PAN siempre son con los mismos argumentos, casi sincronizados y con intención compartida de atacar la figura de Luis Miguel Barbosa, situación que desnuda el temor en el morenovallismo de que siga creciendo el voto a favor de todos los candidatos de Morena por el efecto popular de Andrés Manuel López Obrador.

Al mismo tiempo se percibe que no está ayudando mucho el discurso de Martha Erika Alonso, quien ha desplegado una larga lista de propuestas que tienden a revertir efectos negativos del gobierno de su cónyuge, como es regresar el registro civil a las juntas auxiliares, atender la violencia de género o revivir la Secretaría del Medio Ambiente, la cual desapareció en el sexenio morenovallista.

Martha Erika Alonso no ha sido una mala candidata. Incluso ha sorprendido por mostrar pericia para despertar simpatías entre electores alejados del PAN. Pero ese desempeño no le alcanza para crecer lo necesario y despliega sobre su campaña una sombra de riesgo de derrota, muy parecida a la que sufrió el PRI en 2010, cuando el tricolor tenía de su lado muchos recursos económicos, propagandísticos y la autoridad electoral.

Por esa razón, el equipo de Martha Erika Alonso le está apostando a que la popularidad de Ricardo Anaya Cortés ayude a crecer a la candidata a gobernadora de Puebla.

Anaya saldrá el próximo domingo a jugarse todo. Los sondeos de opinión pública establecen que Andrés Manuel López Obrador le lleva una ventaja al panista que va desde los 14 puntos y hasta los 20 puntos, que más o menos significa que el candidato de Morena tendría la posibilidad de ganarle a Ricardo Anaya por una diferencia de entre 8.4 millones de votos y 12 millones de sufragios.

En el primer debate, Anaya logró crecer 4 puntos, a pesar de que se le consideró como el ganador de ese encuentro. Mientras que López Obrador no perdió ni un ápice en sus índices de intención del voto.

Anaya está creciendo, cada semana, en las mediciones de simpatías electorales, pero ese incremento es a cuentagotas. Lleva un ritmo muy lento, que si no cambia con el debate que se avecina, los conocedores del tema ven imposible que pueda remontar en un mes, que es lo que queda en tiempo efectivo para convencer al electorado de no votar mayoritariamente a favor de Morena.

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