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Se empina el morenovallismo

Se empina el morenovallismo





Por Enrique Núñez

El caos informativo que impera en el gobierno estatal lo orilló a delatar el tipo de armamento utilizado en la violenta represión del pasado 9 de julio y fue gravemente herido el niño de 13 años José Luis Tehuatlie.


Y tal como Intolerancia Diario lo documentó el pasado 11 de agosto, el gobierno morenovallista utilizó municiones para penetrar barricadas en el desalojo violento de los habitantes de San Bernardino Chalchihuapan, el pasado 9 de julio.


Conforme a los videos y fotografías difundidas en las redes sociales del bloqueo a la autopista Atlixco, los manifestantes no tenían barricadas y la policía disparó las municiones directamente a la población.


De acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública, el armamento utilizado proviene de las compañías Combined Systems y Protective Maquinal Technology.


En las especificaciones técnicas de las municiones, ambas compañías advierten de los riesgos de heridas graves para los seres humanos, cuando el armamento es utilizado de manera inadecuada.


En los manuales técnicos de armas como la munición de penetración de barricada de 37 mm se advierte que el personal debe ser entrenado específicamente en el despliegue de barricadas municiones penetrantes y ejercicio extremo cuidado y precaución para minimizar la posibilidad de este proyectil golpee un ser humano frente a la barrera.


La única diferencia entre las armas analizadas por Intolerancia Diario y las que reveló el gobierno estatal son el nombre de los fabricantes.


Intolerancia Diario basó su ejercicio periodístico en la información técnica proporcionada por el fabricante de armas Defense Technology Corporation of America, mientras que la Secretaría de Seguridad Pública utilizó armamento de las compañías Combined Systems y Protective Maquinal Technology.


En ambos casos, son proyectiles antibarricadas. Es decir que los cilindros de gas que aparecen en los videos disparados (y de los cuales uno de ellos estuvo a la vista de Intolerancia) a través de escopetas, también llamadas lanzaderas, son proyectiles con punta de goma, los cuales (correctamente utilizados), al hacer contacto con el piso, después de una parábola, expanden el agente químico convertido en gas.


En los manuales se advierte del potencial destructivo de esta arma, ya que tiene la potencia suficiente para penetrar el parabrisas de un coche si se dispara a 100 pies de distancia, o perforar una tabla sólida de madera de 3/4 de pulgada a 75 pies; traspasar un cristal de cuarto de pulgada de grosor y una puerta de núcleo hueco a 200 pies de distancia.


De acuerdo con las advertencias de los fabricantes de armas, no se debe disparar de manera frontal hacia las personas con la lanzadera a 90 grados, sino a manera de parábola, para que al caer en el suelo expanda el gas.


Evidentemente, los policías hicieron caso omiso de estas advertencias, y dispararon directamente a los manifestantes, tal y como se aprecia en las fotografías y en los videos, sin importar la advertencia mortal que contiene el propio cilindro.


Ante la contundencia de esta información, se desvanece la versión oficial de que no se utilizaron balas de goma y se fortalece la línea de investigación que señala a los policías estatales como los autores materiales del asesinato del niño y las lesiones causadas a los manifestantes.


Y partiendo de esa base, se deriva la responsabilidad del titular del Ejecutivo, por las graves violaciones a los derechos humanos, sufridas por los pobladores de Chalchihuapan. Con todas las consecuencias legales que esto implica.


Ni más ni menos.

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