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Alcalá y Lastiri, los más beneficiados con los nuevos dirigentes del PRI

Alcalá y Lastiri, los más beneficiados con los nuevos dirigentes del PRI





Por Fermín Alejandro García

Por ahora, la impresión primaria es que los principales beneficiarios del arribo de los nuevos dirigentes del PRI en el estado y en la capital son la senadora Blanca Alcalá Ruiz y Juan Carlos Lastiri Quirós, el subsecretario de Prospectiva, Planeación y Evaluación de la Secretaría de Desarrollo Social, quienes tendrán un amplio margen para controlar un número importante de candidaturas en los dos próximos procesos electorales: el federal de 2015 y el de la llamada minigubernatura.

Los principales cuestionamientos que se han hecho a la próxima designación –el sábado para ser exactos– de Ana Isabel Allende Cano, como presidente del Comité Directivo Estatal (CDE) del PRI, es que la actual diputada federal es poco conocida por la militancia, que su llegada fue por un acuerdo cupular a la vieja usanza priista, que presuntamente es una posición del arzobispo de la Iglesia Ortodoxa, Antonio Chedraui, y que se ignora su grado de compromiso para conducir al tricolor con independencia del gobernador Rafael Moreno Valle Rosas.

Sin embargo, todas esas críticas son intrascendentes y no tienen ningún peso relevante.

El éxito, la autenticidad e independencia de Ana Isabel Allende, junto con Víctor Gabriel Chedraui, quien será el secretario general del CDE priista, dependerá exclusivamente de la relación que el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI quiera mantener con Moreno Valle, la cual tiene dos posibles derroteros:

1. Que el PRI siga fingiendo ser crítico y al mismo tiempo mantenga acuerdos bajo el agua con Moreno Valle, para dejarse derrotar, tal como pasó en el proceso electoral de 2013.

2. Que el PRI asuma su verdadero papel de oposición y salga a la arena electoral a aprovechar el alto grado de vulnerabilidad política y social que enfrenta Rafael Moreno Valle Rosas, para de esa manera utilizar y potencializar el desencanto ciudadano que existe hacia el mandatario y poderlo derrotar.

A Pablo Fernández del Campo, quien este fin de semana entregará el relevo de la dirigencia del PRI, se le debe reconocer que siempre se mantuvo con una posición independiente, congruente y crítica frente a Moreno Valle, pero el problema que le impidió ser competitivo en el pasado proceso electoral es que el CEN priista lo maniató y nunca le dio los recursos económicos, materiales, humanos e institucionales para buscar derrotar al aparto del gobernador.

Esa actitud del CEN priista fue una orden que salió de Los Pinos de que en todos los estados en donde había elecciones en 2013, se debería dejar ganar al partido del gobernador de cada entidad para de esa manera buscar que los mandatarios respaldaran el Pacto por México, que fue el acuerdo base para que el presidente Enrique Peña Nieto lograra un conjunto de reformas estructurales, entre ellas la energética, que desde hace dos décadas se venía intentando llevar a cabo con constantes fracasos.

Ahora que ya se concretaron las reformas y el presidente Enrique Peña Nieto necesita reposicionar positivamente su imagen personal y la de su partido, está en el aire la incógnita de saber cuál va a ser el papel electoral que asumirá el PRI frente a Rafael Moreno Valle Rosas, quien es el gobernador más poderoso entre los mandatarios no priistas, es el principal jefe del Poder Ejecutivo que busca ser candidato presidencial en 2018 y a su vez enfrenta la más severa crisis de imagen, al ser catalogado como un represor consumado.

Algunos actores cercanos al CEN del PRI sostienen que ahora sí se percibe una estrategia y una intención para que el partido recupere espacios políticos en el estado.

Y en ese sentido, parece que el tema de género podría jugar un papel relevante, por lo siguiente:

La encargada de la plaza de Puebla seguirá siendo Ivonne Ortega, la secretaria general del PRI, de quien se dice que se mantendrá en esa posición pese a que César Camacho Quirós deja la presidencia del partido en 2015, año en que buscaría convertirse en diputado federal y encabezar la bancada tricolor en San Lázaro.

Como delegada del CEN priista en Puebla se seguirá manteniendo a Angélica Araujo Lara, quien es senadora, es originaría de Yucatán y brazo derecho de Ivonne Ortega. Su labor en el estado ha sido discreta, pero se sabe que ha estado recolectando información sobre las condiciones de cómo gobierna y opera políticamente el mandatario Moreno Valle.

Dicha tendencia se va a reforzar con el próximo arribo de Ana Isabel Allende Cano, quien va a ser la primera mujer en toda la historia del PRI en ocupar la presidencia estatal del partido.

En ese tenor, se dice que el PRI dará preferencia a las mujeres para ocupar las principales candidaturas a diputados federales que estarán en juego el próximo año. Y en ese esquema, se considera que la próximo aspirante el tricolor a la minigubernatura, en el año 2016, debe ser una fémina.

Los reflectores apuntan a que la candidata en 2016 debe ser Blanca Alcalá, y aunque ella niega ese interés, se sabe que desde Los Pinos y en particular Emilio Gamboa Patrón, el líder de los senadores priistas, la están impulsando e intentando convencer para que sea quien recupere el gobierno del estado de Puebla para el PRI.

Lo que en el fondo se busca es darle un papel preponderante al género femenino para que contraste con la imagen autoritaria, violenta, autócrata y frívola del titular del Poder Ejecutivo estatal, quien a su vez es jefe político del PAN. Eso es lo que se percibe que podría pasar.

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